07/10/2008

El Ministerio de Cultura, la KIPA (asociación de los productores audiovisuales), la SFP (asociación de los cineastas polacos), la Fundación Polish Audiovisual Center y los gobiernos regionales han lanzado un programa nacional para lograr que los exhibidores polacos adopten la tecnología digital. El apoyo de las regiones es esencial puesto que uno de los objetivos prioritarios del plan es la conservación de las pequeñas salas de provincia, más vulnerables a desaparecer que las grandes multisalas ante el progreso tecnológico.

Los multicines atraen actualmente al 70 por ciento de la audiencia polaca. Su dominio se ejerce por dos razones: la calidad del equipamiento y de las proyecciones; y el acceso a las copias de los títulos comercialmente más atractivos. Los pequeños cines (situados fuera de las grandes ciudades), cuyo número disminuye sin cesar (sólo quedan unos 500), han cedido ante la hegemonía de los multicines, que ya han comenzado a adaptarse a la tecnología el digital.

Este desequilibrio no sólo afecta a los propietarios de los cines locales, sino que constituye todo un problema social. La disminución del número de salas en las provincias puede acarrear el aislamiento cultural de las regiones.

Jacek Wilczynski, secretario general de KIPA, dijo en el reciente Festival de Cine Polaco de Gdynia que las copias en 35 milímetros deberán desaparecer en dos años. Antes de esa fecha, el programa nacional subvencionará la adaptación de al menos 350 cines, según las estimaciones ofrecidas. Pero la cuestión de la financiación no está resuelta. El ministro de Cultura, Bogdan Zdrojewski, garantizó parte de la ayuda y el Instituto Polaco del Cine anunció que consagrará dos millones de euros a este fin. Pero las regiones deberán desempeñar un papel financiero importante y se espera la participación de otros socios.

(Traducción del francés)