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EXHIBICIÓN Suiza

Los exhibidores no aceptan el leasing restrictivo (1)

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También los exhibidores y distribuidores suizos se han encontrado con los cambios derivados por la irrupción del digital. Pero ni los directos interesados ni la Oficina Federal de Cultura habían previsto las consecuencias de esta nueva tecnología, a pesar de que las señales llegadas de otros países, como los informes realizados en Francia, deberían haberles incitado a ocuparse de la cuestión.

El despertar helvético ha sido duro. Se estima que el coste del equipamiento de las 550 salas cinematográficas está entre 33 y 63 millones de euros y entre 65.000 y 98.000 euros por cine, inversiones que sólo las grandes cadenas pueden afrontar.

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Cuando las compañías internacionales de leasing se dirigieron al mercado suizo con la intención de vender los aparatos de proyección digital, las empresas de exhibición se dejaron llevar por el pánico. No exentas de razón, ya que los contratos que les ofrecían estaban cargados de cláusulas restrictivas, como la obligación de programar películas de los distribuidores vinculados a la compañía de leasing o el pago de una multa de 60 euros por proyectar un filme “no aprobado”. Evidentemente, este sistema representaba una grave amenaza para la variedad de la oferta en la cartelera suiza.

Por lo tanto, los exhibidores se han visto de frente a algunas decisiones complicadas, como son adherir a una programación intervencionista de sus salas, optar por una costosa independencia y modernizar las salas autónomamente, o correr el riesgo de una selección cada vez más reducida de títulos ofrecidos al público a partir del momento en el cual la película para la proyección escaseaba.

Sólo un puñado de exhibidores suizos aceptó las condiciones de las compañías de leasing, pero no los suficientes para alcanzar los 50 necesarios para proponer asociaciones a los distribuidores.

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(Traducción del francés)

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