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Melissa de Raaf y Razvan Radulescu, directores

Estoril Film Festival 2009 - Premio Cineuropa

Entrevista con Melissa de Raaf y Razvan Radulescu, codirectores y guionistas de First of All, Felicia, Premio Cineuropa en el Festival de Cine de Estoril 2009

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? ¿De dónde proviene la idea?

Melissa de Raaf: Empezamos a hablar de muchas cosas: de la interpretación, del tiempo, de la muerte, de la familia... y así fue como dimos con nuestra historia. Todo lo que acabo de mencionar está incluido en el filme.

Razvan Radulescu: De hecho en algún momento hablamos de hacer un experimento que tuviera por objeto una especie de gramática temporal o gramática del tiempo que explicara cómo se deforma el tiempo en la dramaturgia para acomodarse así a la ficción. Porque creo realmente que la dramaturgia, tal como la conocemos hoy, se limita solo a una fórmula que funciona bien: la historia en tres actos. Sin embargo, según lo vemos nosotros, esta fórmula no tiene nada que ver con la esencia de la dramaturgia. Hicimos un primer experimento relacionado más bien con la interpretación y los montajes en el corto Networking Friday. Éste no es un corto propiamente dicho, pues dura 24 minutos, pero en realidad dura lo que tiene que durar. Así fue como empezamos una convención de digamos...interpretación que supone un cambio de los acentos fuertes de los gestos, de los acentos fuertes de la voz.

De Raaf: Pensamos que la manera de implementar esas ideas era intentando hacerlo nuestro, cercano a las personas que queremos. Lo cierto es que siempre hay una especie de cambio cuando haces un gesto de cariño, o lo que crees que es un gesto de cariño, a alguien que quieres y esa persona no lo interpreta como tal. Queríamos hacer un experimento investigando esta cuestión.

Radulescu: Esto suele pasar cuando la gente deja de verse durante una temporada, que es lo que sucede en la película. Con esto no me refiero a dejar la familia atrás y mudarse a otro país; me refiero a irte de casa durante un año para mudarte a otra ciudad dentro del mismo país. Eso es lo que pasa cuando los hijos empiezan a trabajar, alquilan una casa, luego se casan y acaban viviendo en un barrio diferente al de sus padres. Cuando eso pasa ya solo nos vemos los domingos, entablamos una relación formal y nos sentimos como unos invitados en nuestra casa.

También podemos encontrar mucho de Rumania en la película. Aunque solo sea a través de las pocas frases del padre y de Felicia, podemos entender muchas cosas de Rumania, mucho más de lo que podemos entender de Holanda. ¿Conseguisteis todo esto trabajando juntos?
De Raaf: Creo que el filme debería ser muy específico, y el hecho de que Felicia sea rumana tiene que ser algo específico...

Radulescu: Es una rumana en Rumania que ha pasado diecinueve años en Holanda, así que creo que se entiende cómo es su realidad en Holanda sin tener en cuenta lo que su padre o su madre piensen de esta realidad. Eso es lo que uno debe entender, eso y nada más. Porque creemos que en la película uno se tiene que poner del lado de la madre, no solo del lado de Felicia, y entender sus límites imposibles teniendo en cuenta que ésta no puede actuar de otra manera. La madre está condenada a ser lo que es porque no tiene otra cosa en la que pensar. Es decir, que está claro que Felicia nunca se molestó en contarle a su madre quién era, es posible que ni siquiera le contara lo infeliz que era en Holanda por diferentes razones, pues ya no habla de cosas personales... Creo que quería dar la impresión de que era feliz, quería ocultar la realidad porque sabía o creía que eso era lo que se esperaba de ella. Así es como funciona, del mismo modo que Holanda se retrata en la película a través de los ojos de la madre.

Si, Holanda es un país alienígena...
Radulescu: Si, Holanda es un país alienígena. Os voy a contar algo: cuando buscábamos quién financiara nuestra película recibimos varias ofertas desde Alemania por ejemplo, con la condición de que Felicia fuera alemana, ni siquiera holandesa, ¡tenía que ser alemana! ¿Por qué no es Felicia alemana? Porque decían... ¡Felicia puede ser de cualquier sitio! Pero no creo que nadie en Europa considere a los alemanes alienígenas y Holanda sin embargo si que es un país alienígena, incluso desde el punto de vista lingüísitico. Es decir, que Felicia podría ser italiana, pero ni siquiera, porque todos entendemos el italiano. Ahora, el holandés... ¡ni siquiera los alemanes entienden el holandés! Quizá algunas cosas, pero normalmente es algo como: "¿Qué idioma es ese?", "¿Qué hablan?”

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