Magdalena Kopp estuvo casada con el terrorista más buscado del mundo: Carlos “el Chacal”. Le siguió durante el nacimiento del terrorismo internacional, del que se convirtió en estrella. Desde la pequeña ciudad conservadora de Baviera en la que se crió, al revolucionario zeitgeist de Berlín de 1968 y las células izquierdistas radicales de Frankfurt, Magdalena fue fácilmente influenciable. Movida por la necesidad de pertenencia, se encontró en los brazos de un hombre que se estaba convirtiendo rápidamente en la primera celebridad terrorista del mundo. Lo siguió en las peligrosas intrigas internacionales de un mundo nebuloso de servicios secretos y gobiernos en la sombra, y dio a luz a su hija Rosa.