Veronica sueña con volar, porque quedarse en tierra supone renunciar a toda aventura, placer o romanticismo que le pueda ofrecer la vida. Veronica vive con su madre, alcohólica, y el novio de ésta. Un día, él se emborracha y la persigue hasta el tejado desde donde se cae y se mata. Ahora el acreedor, con el que el fallecido tenía deudas de juego, empieza a amenazar a Veronica. Su madre, que siempre está borracha, es incapaz de protegerla y la muchacha tiene que irse de casa. Verónica tiene un imán especial para los cabrones egoístas, pero nunca se rinde, porque si otros pueden encontrar a buenas personas, ella también. Y por qué no, también puede volar...