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BERLINALE 2017 Generation

Verano 1993: el nudo en la garganta

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- BERLÍN 2017: La ópera prima de Carla Simón es una película intimista y autobiográfica que aborda la dificultad de la adaptación y de la aceptación del dolor y de la dura realidad por parte de una niña

Verano 1993: el nudo en la garganta
David Verdaguer y Laia Artigas en Verano 1993

Carla Simón nos ofrece en su primera película, Verano 1993 [+lee también:
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, seleccionada a competición en la sección Generation KPlus de la Berlinale 2017, un trozo importantísimo de su vida. Un momento doloroso, difícil y especial que cambió su existencia para siempre: sus padres habían fallecido y ella, con apenas seis años, tuvo que integrarse en una familia adoptiva al tiempo que iba asumiendo la pérdida de la biológica. Un trance que este film muestra con delicadeza y con detalles que nos van trasladando al mundo de la infancia, con sus angustias y recovecos, donde no todo es felicidad, risa y juego.

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La película, escrita por la propia directora a partir de sus recuerdos y sensaciones, está protagonizada por la pequeña Laia Artigas, que encarna a Frida, y los adultos Bruna Cusí (Incierta gloria) y David Verdaguer (10.000 km [+lee también:
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), en el rol de los tíos de la niña que la acogen tras la muerte de la madre de la pequeña. Esta pareja, a su vez, tiene su propia hija, una cría más pequeña que Frida, que acepta con los brazos abiertos y sin celos a su recién llegada hermana, mientras ésta no acaba de encajar en su hogar que la acoge.

Simón, dotada de un talento excepcional para comprender a los niños, pone la cámara a su altura y, a través de la mirada del personaje de Frida, nos transmite su malestar, ese nudo en la garganta que ahoga a la chiquilla durante el primer estío que vive con sus tíos convertidos en padres. Pero lo hace con silencios, con pequeñas anécdotas, con miradas huidizas, con algún abrazo robado y reviviendo travesuras que, contaminadas de incomprensión hacia lo que ocurre, pueden resultar dañinas para terceros.

Asimismo, los profundos afecto y respeto que siente la directora por sus personajes quedan plasmados en las escenas alegres del film, algunas improvisadas y regaladas por las jovencísimas actrices, que actúan con una naturalidad contagiosa. La cineasta nos introduce así en la intimidad de esa familia, con sus tareas domésticas y ese callado temor a que la construcción del nuevo hogar no llegue a buen puerto.

Aquí se habla de duelo, de dolor y de aceptación, de aprender a gestionar las emociones tal vez mucho antes de lo previsto. Y, como bien muestra el film, a veces los adultos nos olvidamos de que los niños son más abiertos, despiertos e inteligentes de lo que pensamos, y hablamos delante de ellos sobre temas peliagudos creyendo que no se enteran: nos olvidamos, como dice el dicho, de que “hay ropa tendida”.

Otro tema que aborda Verano 1993, de una forma tangencial, pues nunca se nombra, es el sida (también tratado por Simón en su documental Born Positive), que a principio de la década de los noventa aún era un miedo extendido y estigmatizado: los padres de la cineasta fallecieron víctimas de esa pandemia.

Verano 1993, que tras pasar por Berlín, participará –el próximo mes de marzo- en la sección oficial a competición del 20º Festival de Málaga, es una producción de Inicia Films en asociación con Avalon P.C. (que la distribuye en España); ha contado con el apoyo de MEDIA, ICAA, ICEC y la participación de TVETVC. New Europe Film Sales es su agente de ventas.

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