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PELÍCULAS / CRÍTICAS

Cirkus Columbia

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- El oscarizado cineasta regresa a lo grande con las vengativas desventuras de un exiiado que vuelve a Bosnia en 1991, aderezada con toques de humor tragicómico y unas exceletes interpretaciones

Con su nueva película, el oscarizado realizador bosnio Danis Tanovic vuelve a su tierra natal y a los mismos temas de sus inicios. Cirkus Columbia [+lee también:
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, una coproducción de la bosnia 2006 con la francesa Asap Films, la británica Autonomous, la eslovena Studio Maj, la alemana Razor Film Produktion y la serbia Art & Popcorn, ha sido la perfecta inauguración para la edición 2010 del Festival de Sarajevo, la más importante cita cinematográfica de los Balcanes y que además cubre un papel esencial a la hora de que los productores de la región encuentren socios en Europa Occidental.

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La cinta tiene lugar en una pequeña población de Herzegovina, durante el verano de 1991, poco antes de que comience la guerra de los Balcanes. Divko (Miki Manojlovic) vuelve a su pueblo natal tras veinte años trabajando en Alemania, con un Mercedes rojo, los bolsillos rebosantes de dinero y una atractiva mujer mucho más joven que él, destinada a convertirse en su esposa, Azra (Jelena Stupljanin).

Su mujer Lucija (Mira Furlan) y su hijo de 19 años Martin (Boris Ler) viven en su casa, de manera que su primer paso consiste en echarlos de ella, con la ayuda del nuevo alcalde, Ivanda (Milan Strljic). Divko se venga de todos aquellos que él cree que se comportaron mal con él en el pasado, y nada parece imposible con su dinero. Pero la guerra se cierne sobre la región y se apoderará del destino de los personajes.

Divko se marchó de Yugoslavia porque su padre era un extremista de derechas croata, conocidos como Ustasha, por lo que se sentía amenazado por el régimen comunista. Ahora la situación es perfecta para su vuelta, ya que el filo-croata Ivanda ha alcanzado el poder. La nueva administración se encuentra con la oposición de Savo (Svetislav Goncic), capitán de las brigadas locales de la Armada Yugoslava, que intenta además proteger a Lucija y Martin.

A partir de la novela de Ivica Djikic, Tanovic dota al guión de una personalidad herzegovina, un tema maduro y una buena dosis de humor. Los apartados técnicos son de gran nivel, aunque es el reparto el que termina destacando por encima del resto. Uno de los intérpretes más prolíficos de la zona, Manojlovic (Just Between Us [+lee también:
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) proporciona al personaje el típico carácter testarudo herzegovino y la rabia de los exiliados, mientras que la legendaria actriz croata Furlan inyecta energía y fuerza a un personaje poco desarrollado.

Pero lo que más impresiona son los jóvenes actores Stupljanin, de Belgrado, y Ler, de Sarajevo. En su primer trabajo para la gran pantalla, Ler demuestra una gran habilidad en una interpretación repleta de matices, mientras que Stupljanin, en su segundo largometraje, encarna a una Azra que no es la guapa tonta que Divko cree. Prácticamente no abre la boca durante los primeros treinta minutos, llevando a su personaje a convertirse en una joven fuerte y frágil a un tiempo. Los veteranos Strljic y Goncic completan el sólido reparto, donde destaca asimismo el joven debutante Mario Knezovic, que interpreta al mejor amigo de Martin, Pivac.

Tanovic logra confeccionar una película de éxito sin recurrir al humor grueso, probablemente lo más complicado en los Balcanes. Al margen del lógico potencial de taquilla en toda la zona, Cirkus Columbia tiene todos los papeles para funcionar en el circuito de festivales.

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