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PELÍCULAS / CRÍTICAS

The Deep Blue Sea

por 

- Rachel Weisz brilla en un drama sobre el adulterio adaptado por el británico Terence Davies a partir de una obra teatral de los años 50.

En 1955, Viviane Leigh brillaba en la adaptación cinematográfica de la obra teatral de Terence Rattigan The Deep Blue Sea. Casi 60 anos después, el director británico Terence Davies dio a Rachel Weisz la misma oportunidad para desplegar su talento en una nueva adaptación de la historia de Hester, protagonizada por una mujer de la alta burguesía londinense de los años 50 que cambia su estabilidad material y su adorable marido por un joven piloto con quien descubre el amor carnal. Weisz aceptó el reto y nos brinda con una de las mejores interpretaciones de su carrera.

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Davies, que vuelve al cine de ficción después de su aclamado documental Of Time and the City [+lee también:
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(2008), adaptó la obra de Rattigan con libertad y radicalismo. Optó por escribir el guion a partir de la perspectiva de la escandalosa y potencialmente trágica heroína; por eso, Weisz, presente en casi todas las escenas, sostiene el peso de la película y destaca sobre los coprotagonistas masculinos: el casi debutante Tom Hiddleston (Midnight in Paris [+lee también:
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) y el veterano Sir William Collyer.

La película arranca con un prólogo que recuerda Las horas, de Stephen Daldry: escuchamos la voz en off de Hester mientras escribe una carta de suicidio. Su intento fracasa y la película estructura entonces su trama alrededor de una sucesión de memorias de la protagonista. La elección no es inesperada ya que la memoria y el pasado son dos de los temas recurrentes de la obra del director. Pero del pasado hay que volver al presente, y el presente es insoportable porque los sueños de una pasión plena chocan con la erosión de los afectos.

Con un inicio narrativo potente, el director recurre a la música clásica como un elemento trágico adicional. Sin embargo, a medida que se intensifica el pathos, las largas secuencias de la película, muchas de ellas sin cortes, invitan al espectador a instalarse en el cuarto de los amantes y a compartir con ellos sus desasosegados silencios.

En esa conservadora década de los 50 que precedió la revolución sexual, el guion de Davies no presenta a Hester como una mujer en la antecámara de la emancipación femenina y feminista, sino como un personaje existencialista capaz de elegir conscientemente una vida que difiere de lasnormas respetables. Pero Hester es también una victima de esas mismas elecciones.

Lo que emerge de todos los viajes temporales del guion es la confrontación del individuo con la sociedad. Aunque Davies apuesta por el intimismo en detrimento de un análisis social profundo, The Deep Blue Sea [+lee también:
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se erige en un retrato sutil y elegante (aunque no por eso menos duro) de una época en la que todos los arrebatos acarreaban castigo. “Cuidado con la pasión; siempre termina mal”, advierte a Hester su victoriana suegra. Será inútil: Hester ignorará todos los avisos. Esa es su tragedia y su razón de existir.

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(Traducción del francés)

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