Toni Servillo se multiplica por dos en Viva la libertà
por Vittoria Scarpa
- El actor italiano interpreta a un político italiano y a su genial hermano gemelo en la nueva película de Roberto Andò
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ficha de la película], Toni Servillo vuelve a prestar su rostro a un político (en este caso a dos) en Viva la libertà [+lee también:
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ficha de la película], de Roberto Andò. El versátil actor napolitano interpreta dos papeles: por un lado Enrico Oliveri, político en crisis, secretario del principal partido de la oposición, que según los sondeos está perdiendo apoyos; por otro Giovanni Ernani, su hermano gemelo, filósofo, recién salido del psiquiátrico, bipolar y genial.
La película, a caballo entre la ligereza y la seriedad, está basada en la novela Il trono vuoto(lit.: “El trono vacío”) y narra la historia de una fuga. Como el papa de Habemus papam [+lee también:
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entrevista: Nanni Moretti
ficha de la película]de Moretti, Oliveri abandona repentinamente sus compromisos y responsabilidades tras ser criticado con dureza en un mitín y se esconde en Francia en casa de una vieja amiga (Valeria Bruni Tedeschi). Su ayudante (Valerio Mastandrea) ya no sabe cómo justificar su ausencia y decide sustituirlo por su hermano gemelo. Una locura, viendo la poca fiabilidad de éste.
La lucidez visionaria de Giovanni, sin embargo, será un acierto. El electorado vuelve a apasionarse, los sondeos hablan de un crecimiento. Oliveri/Ernani habla una lengua distinta, utópica ("La única alianza posible es con la conciencia de la gente") e irónica ("Italianos, sed honestos, dejad de teñiros el pelo") al mismo tiempo que consigue llegar al corazón de la gente. No faltan los momentos surrealistas, como el tango que el político baila descalzo con la canciller alemana. Es imposible imaginar otro actor para este papel, como confirma el director: "No habría hecho esta película sin Toni Servillo".
El mensaje de esperanza es claro: hay que cambiar, devolver la política al alma de los ciudadanos, comenzar desde la cultura. En una escena de archivo rodada en los años 80, se ve a Federico Fellini protestando ante el Parlamento contra los anuncios publicitarios que interrumpen las películas en televisión: palabras encendidas, sencillas y valiosas con las que el legendario director intentaba acercar la política y la cultura.
(Traducción del italiano)
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