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VENECIA 2013 Eslovenia

Class Enemy: una clase, una escuela, un país

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- Un punzante primer largometraje sobre la dinámica de grupo en una escuela, presentado en la Semana de la Crítica en Venecia y Premio Cineuropa en el festival de cine europeo de Les Arcs.

Class Enemy: una clase, una escuela, un país

A sus 28 años, el director esloveno Rok Bicek fue candidato al Premio Luigi de Laurentiis a la mejor ópera prima de la 70ª Mostra de Venecia, de la que vino, en cualquier caso, con el premio FEDEORA de la Semana de la Crítica bajo el brazo. La responsable de este galardón, Class Enemy [+lee también:
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(Razredni Sovraznik), es un primer largometraje sobre la dinámica de grupo en el medio escolar, inspirado en una historia personal del propio realizador. Bicek forma parte de la nueva generación de cineastas eslovenos a la que pertenecen asimismo Matevž Luzar (Good to Go [+lee también:
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) y, precisamente, el coguionista del film, Nejc Gazvoda (A Trip [+lee también:
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), y Janez Lapajne (Short Circuits), que también ha participado en la película como coguionista y montador.

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Debido a la baja por maternidad de su profesora de alemán (Masa Derganc), llega un sustituto de mucho más severo y áspero (Igor Samobor). Rápidamente, los alumnos, acostumbrados a la indisciplina, ven cómo el nuevo docente impone un ambiente muy distinto, acorde a su temperamento, hasta que, un día, una estudiante introvertida llamada Sabina (Dasa Cupevski) decide acabar con su propia vida. La clase reacciona ante este suicido traumático de manera incontrolable, acusando al profesor por sus métodos de trabajo.

Class Enemy desprende realismo a raudales gracias a un reparto sólido en el que se entremezclan actores profesionales y alumnos seleccionados por el propio Bicek, todos ellos muy bien conectados con sus respectivos personajes. Cada uno de ellos posee los matices suficientes para que el director no se limite a dilucidar la responsabilidad en un campo tan serio y peliagudo como es el que acoge temas como el suicidio, la educación o el nazismo. Se muestra claramente que el docente, a priori desprovisto de toda emoción, apenas afectado por la trágica muerte de uno de sus alumnos, sí goza de una pasión por la educación secundaria que le hace tomarse su trabajo con total dedicación, dejando poco espacio a compromisos al margen. Este inteligente tratamiento de la cuestión permite un análisis más profundo del microcosmos escolar y de las emociones que suscita.

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, de Laurent CantetClass Enemy dice tanto del aula como de la sociedad en la que se encuadra y los problemas que refleja. No podríamos hablar de una tormenta en un vaso de agua si, más allá del ambiente cerrado del colegio y de la revolución estudiante que se fragua, no hubiera una reflexión sociológica sobre la población eslovena, a la que Bicek retrata como una nación desgarrada por un conflicto a dos bandas que desemboca en asfixia. A través de este grupo de estudiantes, la joven generación eslovena se enfrenta a sus propias responsabilidades. Entre una educación demasiado permisiva y el deseo de cambio, es difícil vislumbrar acciones concretas que surjan de la depresión circundante, traducida en una de las tasas de suicidios más alta del mundo.

El suicidio no es, sin embargo, en la película más que un desencadenante, cuyas razones Class Enemy no pierde tiempo en explicar sino que opta por concentrarse, con toda justicia, en las reacciones generadas por los sentimientos, ora de los estudiantes, ora del cuerpo docente, ora de los padres: nadie falta y nadie tiene razón ni se equivoca. Hay que poner orden en este batiburrillo para salir adelante y es así con un deseo optimista como decide concluir su periplo un director que, sin duda, tiene mucho que decir y no ha hecho más que tomar la palabra.

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(Traducción del francés)

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