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BERLINALE 2015 Competición

Sworn Virgin: hacerse hombre para existir

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- BERLÍN 2015: Laura Bispuri relata cómo una joven se convierte en hombre para escapar a su suerte: la de las mujeres atrapadas por el arcaico patriarcado de la Albania profunda

Sworn Virgin: hacerse hombre para existir
Alba Rohrwacher y Flonja Kodheli en Vergine giurata

Un padre albanés enseña una bala a su hija: así es como le anuncia que acaba de comprometerla en matrimonio y que en garantía de su sumisión a su marido, el padre debe incluir personalmente la munición en la dote. En su primer largometraje, titulado Sworn Virgin [+lee también:
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y presentado en la competición por el Oso de Oro de la Berlinale, la italiana Laura Bispuri ha decidido abordar un tema grave e indignante: la condición de la mujer en determinadas sociedades patriarcales con códigos de conducta arcaicos; en este caso, en la Albania rural: un universo cerrado poco conocido en otros países, y más en el ámbito cinematográfico, teniendo en cuenta que la industria del séptimo arte en el país es casi inexistente. A pesar de ello, hace cuatro años, la competición berlinesa acogió una película coproducida por Albania sobre la justicia sumaria que se aplican directamente los autóctonos entre sí según las reglas establecidas en la ley del Kanun: The Forgiveness of Blood [+lee también:
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, del estadounidense Joshua Marston (leer la crítica). En esta ocasión, es una industria aún más joven la que consigue su primera aparición en la sección principal de Berlín a través de la película de Bispuri: la de Kosovo, nacida en 2004 con la creación de su propio Centro nacional del de cine. Es justo en los grandiosos pero inquietantes paisajes montañosos que separan Albania y Kosovo donde esta producción de la italiana Vivo Film (junto con socios albaneses, suizos y alemanes y el apoyo del programa MEDIA) tuvo lugar buena parte del rodaje: concretamente entre los macizos que comúnmente llaman las Montañas de los malditos.

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El personaje que seguimos de cerca es una joven vestida de hombre que se hace llamar Mark y llega a casa de su hermana Lila (Flonja Kodheli), en Italia, tras catorce años de separación. El misterio que rodea su situación se mantiene durante un tiempo, mientras una serie de flashbacks dan cuenta del tiempo en que Mark tenía el pelo largo y se hacía llamar Hana. Comprendemos que para escapar a la opresión ejercida contra las mujeres de manera inflexible en Albania, de acuerdo a la ley del Kanun, ella optó por jurar su virginidad y borrar todo signo exterior de feminidad para integrarse en la sociedad de los hombres. Ahora, en Italia, este otro mundo en el que las mujeres pueden ser tan femeninas como deseen (o no), el personaje encarnado por la inimitable actriz italiana Alba Rohrwacher, que no se echa atrás ante ningún reto (en este caso, a la transformación física hay que añadir la dificultad de la lengua albanesa, que aquí emplea de manera totalmente convincente), se enfrenta a otra forma de silencio y de represión. Aislada lingüísticamente (pues aunque el italiano es la lengua extranjera más hablada en el país ya que Italia es un país al que emigran muchos albaneses, su uso está mucho menos extendido en el campo), ve cómo su elección suscita aún más incomprensión: en este nuevo país sin Kanun vuelve a no saber quién es y siente en sus entrañas instintos que había reprimido durante mucho tiempo (por ejemplo, su pecho, apretado por vendas de algodón que le provocan irritaciones insoportables).

A la interpretación de exquisita sensibilidad de Rohrwacher, que hace gala de microexpresiones y gestos prestados con discreción, como los de un crío, la cámara de Bispuri responde con enorme delicadeza, sobre todo en el decorado recurrente de la piscina: un lugar en el que los cuerpos abiertos, expuestos y libres suscitan tanta alienación como fascinación a Mark/Hana. El reencuentro con su hermana constituye también un reencuentro consigo misma, o un descubrimiento más bien, después de no haber sido “gran cosa” durante tanto tiempo. No obstante, en este caso, uno siente que la metamorfosis incipiente será por fin la definitiva; no habrá ninguna marcha atrás.

De las ventas internacionales de Sworn Virgin se ocupa la alemana The Match Factory

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(Traducción del francés)

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