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SAN SEBASTIÁN 2016 Competición

Playground: con ella llegó el escándalo

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- SAN SEBASTIÁN 2016: La película más controvertida del certamen está dirigida por el polaco Bartosz M. Kowalski y aborda la violencia en la infancia de una manera tan cruda que duele

Playground: con ella llegó el escándalo

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entrevista: Bartosz M. Kowalski
ficha de la película
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, ópera prima del polaco de 32 años Bartosz M. Kowalski, escrita por el propio director junto a Stanislaw Warwas, ha dado mucho que hablar –acaloradamente- en la edición número 64 del Festival de Cine de San Sebastián donde compite por la Concha de Oro en su codiciada Sección Oficial. Protagonizada por los jovencísimos y creíbles actores Michalina Swistun, Nicolas Przygoda y Przemek Balinski, ha conseguido polarizar las críticas y convertirse, por méritos propios, en un film que se ama u odia apasionadamente: en sus proyecciones se dan tantos abandonos de la sala como aplausos finales.

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En su prólogo, Kowalski (que no puede disimular su amor por Haneke) nos presenta unos escenarios cotidianos donde reina esa placidez propia de cualquier ciudad occidental no demasiado grande. Esos mismos lugares al final de la película no tendrán el mismo sentido: algo pasará allí que trastocará la visión ordinaria que tenemos de ellos. Nuestra mirada no será la misma 80 minutos más tarde, porque un hecho de difícil adjetivación, del que seremos testigos, nos revolverá las tripas.

A continuación, durante los primeros minutos del film, el cineasta nos va presentando, uno a uno, a su trío protagonista. Empieza por una pobre niña rica, una cría que lo tiene todo y cree que lo puede comprar también casi todo. Vive en una casa aséptica y lujosa, se relaciona malamente con sus padres y empieza a jugar al coqueteo en su intento de superar sus complejos físicos.

Luego conoceremos a los otros dos chavales de la función: uno ayuda a un padre postrado en una silla de ruedas mientras el tercero afeita su cabeza como enésima muestra de rebeldía adolescente. En el patio del colegio convergerán los tres: el montaje los ensamblará para conducirnos, primero al aula que comparten y luego a un lugar ruinoso donde se citarán: es el último día de clase antes de las vacaciones de verano y, ahora o nunca, es el momento de expresar lo que se siente.

Kowalski va así haciendo un retrato sutil, tenso y sin respuestas de la juventud actual, de los cachorros que estamos criando. Una camada caprichosa, con poca tolerancia a la frustración y sorda a los valores que se le intenta inculcar. Unos jóvenes que se toman la violencia como un juego, una diversión y un pasatiempo. Unos futuros adultos insensibles, amorales y peligrosos, que no se inmutan ante sus actos. El fruto, en fin, de una sociedad psicópata, apática y pasiva que ya no tiene principios y, lo que es más terrible, no los echa de menos.   

Playground es por eso un plato fuerte que se puede indigestar. Además, la última escena, fotografiada desde la distancia, golpea sin censura al espectador, que se retorcerá en su butaca entreviendo y oyendo algo que, desgraciadamente, ha ocurrido no una, sino varias veces en nuestro orgulloso mundo civilizado. Y algo así de brutal es difícil de asimilar.

Playground es una producción de Film IT, con sede en Varsovia. Se encarga de sus ventas la compañía española Latido Films.

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