19/09/2016 - SAN SEBASTIÁN 2016: El largo debut de Sofia Exarchou pinta, con riguroso realismo, un retrato aterrador de la Atenas posolímpica, sumida en la crisis

Consideradas ampliamente como el comienzo del declive del país, las Olimpiadas de Atenas 2004 son para muchos un símbolo de las alturas a las que aspiraba el imaginario ateniense, al igual que su actual estado de desolación sirve de amargo recordatorio de cuán fácilmente se malogran las buenas intenciones.

No es, por tanto, casual que la Villa Olímpica y sus instalaciones circundantes sirvan de marco general en el largo debut de la cineasta griega Sofia Exarchou, Park [+lee también:
tráiler
entrevista: Sofia Exarchou
ficha de la película], que se ha proyectado en la sección Nuev@s Director@s del Festival de San Sebastián tras pasar por Toronto. La película, que marca un abrupto distanciamiento de los mecanismos de la "Weird Wave" (la nueva ola griega), pinta, con riguroso realismo, un retrato aterrador de la Atenas posolímpica, sumida en la crisis.

Filmada hábilmente por la directora de fotografía Monika Lenczewska, la cinta gira en torno a un grupo de jóvenes que deambulan por los espacios vacíos de una Atenas distópica, donde las Olimpiadas llegaron y se fueron, dejando a su paso un páramo de desolación y violencia. 

Experimentando tan solo algunos momentos fugaces de tranquilidad, los protagonistas se ganan la vida entrenando perros y compiten contra los otros miembros del grupo en versiones violentas de deportes olímpicos, pasando así el tiempo libre —que les parece infinito, pues no logran salir del paro—. El amor no tarda en entrar en escena, trayendo la esperanza de escapar a los suburbios turísticos del sur de la ciudad, donde unos pequeños sorbos de alegría y despreocupación acaban dando paso a una alienación aun mayor. 

Aunque la trama no tiene mucho fuelle, los personajes de Exarchou consiguen mantener el interés del espectador, recordando a la fuerza y explosividad frenética de las primeras obras de Constantinos Giannaris: su furia y su violencia se nutren de la incapacidad para encontrar un lugar en el entorno, y las escenas de los jóvenes caminando por las playas y resorts infestados de turistas, sintiéndose más extranjeros que lugareños, tienen garra por su fuerza y carácter profético. 

Pero la película sube la apuesta, y no tarda en dejar claro que la distopia no solo atañe al paisaje, sino que también permea a sus habitantes, inundando sus mentes y sus almas. Las épocas difíciles endurecen los corazones, y la caída hacia el abismo va haciéndose cada vez más empinada a lo largo de esta cinta que con toda probabilidad se hará un hueco —y bien merecido— entre las contendientes griegas en la competición internacional del Festival Internacional de Cine de Tesalónica en noviembre.

Park, producida por las griegas Faliro House Productions y Neda Films y la polaca Madants Sp. z o.o., tiene como agente de ventas internacionales a Stray Dogs.

(Traducción del inglés)