email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

Harry Cleven

por 

A menudo nos contamos a nosotros mismos la historia de nuestra vida. Se da así la impresión de conocerse más o menos.
Pero a veces, una persona de nuestro pasado resurge y revela cómo nos percibía… y repentinamente, nos sentimos trastornados.
Ahí tienes cómo me contaba a mi mismo…
No estaba predestinado a hacer cine… restaurador, mecánico, chatarrero… no hay un solo artista en la familia.
El resto es pura casualidad…
Quería pintar, me convertí en actor.
Quería hacer teatro, hice cine.
Quería estar delante, pasé detrás de la cámara.
Quería decir textos, gritar, reír, llorar… escribí historias… con personajes que gritan, ríen, lloran…
Y luego un día, un amigo de infancia perdido de vista desde años va a ver Abracadabra.
Me reconoce tanto en mi película que tiene ganas de encontrarme.
Tras algunas investigaciones, se pone en contacto conmigo. Nos volvemos a ver e intercambiamos nuestros recuerdos. A mi gran sorpresa, me felicita por haber realizado mis objetivos. Mi trayectoria le parece tan evidente que se asombra incluso de mi incredulidad.
Se acuerda de mi como alguien que contaba historias todo el tiempo.
¡A doce años, hasta quería escribir una novela, las aventuras de un indio, …Cheval debout !...
No me acuerdo de nada, pero Cheval debout me hizo estremecer…
Desde entonces la historia de mi vida cambió…
Mi amigo tiene razón; es verdad, siempre he querido contar historias. Pero la casualidad quiso que pintara en primer lugar, que actuara en teatro luego en cine, antes de empezar a hacer mis películas y a contar mis propias historias.
Es verdad, cine siempre me lo he hecho: cuando era pequeño, soñaba todo el tiempo. Pasaba horas a contarme diferentemente la historia de mi vida… Era mi manera de escaparme. Por otra parte me acuerdo, habría querido ser mago, tener el poder de cambiar las cosas…
Y luego es verdad que aún ahora, quisiera ser mago y hacer soñar a los otros…
Me gustaría que “mi historia cambie a los otros”…
Es verdad, cuando realicé mi primera película, tuve el sentimiento de haber encontrar un objeto perdido desde hacia tanto mucho tiempo que no me recordaba haberlo extraviado.
Como la impresión de una evidencia.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)
Hot docs EFP inside

Extracto de A chacun son cinéma, Cent cinéastes belges pour un centenaire, Cinergie Éditions & les Éditions Luc Pire, 1995

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Lee también

Privacy Policy