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PELÍCULAS / CRÍTICAS

Vers le Sud

por 

- Con todo el talento de un sutil director que navega a través de numerosos niveles de percepción, una inmersión en la frontera entre el turismo lujoso y la pobreza de Haití

"Las buenas máscaras se mezclan con las malas, pero lo que si está claro es que cada uno lleva una máscara". Tras la aclamadísima Recursos Humanos y El empleo del tiempo, el director francés Laurent Cantet continua con Vers le sud [+lee también:
tráiler
entrevista: Laurent Cantet
entrevista: Robin Campillo
entrevista: Simon Arnal-Szlovak
ficha de la película
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(Hacia el sur), sutilmente explorando las zonas grises de nuestra existencia al llevarnos a la realidad con exótica apariencia y violencia sorda que es Haití. Proyectada en competición oficial en la pasada Mostra de Venecia, la película, ambigua e inconmensurable, trata en la superficie y sin tabú con el tema del turismo sexual de las mujeres de Occidente en el Caribe durante los años setenta. Tras esta fachada, de la cuna del lánguido ritmo del clima tropical y sus playas paradisíacas, el director lentamente nos muestra la verdad tras su pieza para llegar al infranqueable abismo que separa el paso privilegiado de varios y los habitantes de uno de los países más pobres del planeta. Laurent Cantet desarrolla, des del principio, la complejidad de la situación social y política que reinaba en Haití, usando secuencias cortas, ambas amenazadoras y misteriosas y triunfa con Vers le Sud al conseguir un equilibrio en el límite de dos mundos. Fiel al falso fondo del guión co-escrito por su cómplice habitual Robin Campillo (tras la novela de Dany Laferrière), el director, como siempre, evita la simplificación. Por el contrario, intenta captar indefinidas verdades de la vida, los limites de entendernos a nosotros mismos y a los demás, al profundizar en muchos sentimientos de incertidumbre, en una historia que finaliza con las partidas de estos turistas del corazón, bautizados "aquellos que nunca mueren" por nativos que no tienen la posibilidad de irse.

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Recorriendo la delgadísima línea de demarcación que separa el paraíso tropical y las implacables vidas diarias de los habitantes en los que suponemos más de lo que realmente vemos, Vers le sud cuenta el amor que existe entre dos mujeres anglosajonas maduras por un encantador joven haitiano Legba (Ménothy Cesar, premiado en Venecia por su debut en la gran pantalla) quien vive de su encanto. Interpretadas por Charlotte Rampling, la falsamente cáustica y por Karen Young, la ingenua sin complejos, las dos occidentales se ven envueltas en una competición interna – que les ayudará en el camino al redescubrimiento - para obtener la exclusividad de este joven hombre quien accede, con una sonrisa y sin comentarios, para ir de una cama a la otra, pero conservando todo el tiempo su independencia. Pero Laurent Cantet, último maestro en crear escenas y director de actores, no está contento de describir simplemente un esbozo de esta utopía a través de los íntimos retratos de estas mujeres en busca de un orgasmo, de fácil comunicación (con Louise Portal completando el trío), de amor romántico o del poder de una persona sobre la otra. Por encima de todo, sabe ponerse discretamente en el lado de los haitianos, que encuentran en la presencia de estos ricos benefactores la buena vida que les es prohibida detrás de las paredes del hotel, donde una atmósfera de muerte y violencia gobierna la isla. Considerando ni una ni otra, y evitando cortometrajes, el director francés ofrece a los espectadores caminos inteligentes para la reflexión y sigue con Vers le sud una coherente ruta cinemática centrada en lo que él define "la búsqueda de un lugar que no existe". Un hilo que ofrece la clave para entender su película dentro de una película, una pieza político-social oculta bajo el tema de turismo femenino sexual, que empañó las mentes de ciertos comentaristas, deslumbrados por el sol de los Trópicos y el espectáculo de cuerpos desnudos, al punto de olvidarse del tema central de Vers le sud: el imposible entendimiento entre los dos mundos. Como dice el policía haitiano a Charlotte Rampling, dudando de sus verdades durante el epílogo espectacular: "tú no le entiendes, no sabes nada de él".

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(Traducción del francés)

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