14/07/2008 - El viaje íntimo de una mujer anclada en la ciudad siderúrgica de Seraing que intenta dejar atrás su vida de inmigrante, ávida de bienestar para alcanzar la esencia de la humanidad

Desde el principio, el título de la película plantea un problema. ¿De qué silencio se trata? De hecho, Lorna habla, responde, pregunta y terminará incluso por mantener monólogos como si, de hecho, la palabra fuera para ella el hilo precioso que le permite permanecer en vida ¿O entonces es necesario ver este silencio como interior y la palabra expresada como un intento de hacer callar una conciencia a la cual la muchacha no ha cesado de reprimir el tumulto? ¿Cómplice de un matrimonio no consumado, Lorna, la albanesa? Sí, pero una cómplice que intenta sin descanso evitar el fatal destino que pesa sobre la falsa pareja que forma con Claudy, patético yonqui, él mismo parte de un engaño del cual se convertirá en víctima.

En este mundo brutal que sólo conoce una ley, la de sacar provecho y sólo posee un deseo, el de enriquecerse sin preocuparse de las consecuencias que eso podría tener para el otro, puesto que precisamente es esencialmente sobre los hombros o al precio de la vida de este otro que puede hacerse este enriquecimiento, los escrúpulos de Lorna no pesan demasiado. Y con todo, estos escrúpulos representan el pozo sin fondo que la separa de Fabio, taxista bribón que ve a la joven como un pequeño capital y espera, de esta forma, entrar en el mundo de los mafiosos rusos mediante un nuevo matrimonio no consumado de Lorna con uno ellos. Para eso, es necesario, por supuesto, que Claudy desaparezca. No después del divorcio, que Lorna intenta acelerar sino de manera más expeditiva y más conforme a la realidad de esta piltrafa que cree poder, desintoxicándose, ganar el amor de esta mujer.

¿Es la fuerza de este sentimiento que intentan elogiar aquí los hermanos Dardenne? Sin embargo sucede algo increíble: una noche en la cual Claudy amenaza con volver a caer en su infierno, Lorna toma la iniciativa de entregarse a él. Pero el idilio apenas tendrá tiempo de existir sino mediante una narración increíble, se comprende que Claudy ya no está. En este momento, la película oscila definitivamente. Lorna va entonces volverá a utilizar la palabra de manera interrogativa. Porque nada más en ese momento puede obligarla a callarse aunque su vida solo depende de un hilo. Ya que embarazada, el Claudy muerto continúa viviendo dentro de la joven. Es lo que declara al futuro novio. Es de lo que se entera Fabio. Es lo que la medicina desmiente. A pesar de todo Lorna, no se rinde: espera un niño de Claudy simplemente porque el verdadero amor no puede no dejar huellas…

El silencio de Lorna [+lee también:
tráiler
entrevista: Arta Dobroshi
entrevista: Jean-Pierre et Luc Darde…
entrevista: Olivier Bronckart
ficha de la película] se presenta como un objeto cinematográfico inédito hasta ahora en la filmografía de los hermanos Dardenne. Si la cámara se muestra discreta en sus desplazamientos es simplemente porque pasó a ser más un testigo que un actor. Lo que intentan recoger los hermanos Dardenne en el Silencio de Lorna se revela también más extenso que en cualquier otra de sus películas, puesto que a través de la historia de Lorna se enfrentan al mundo y su globalización. Este desplazamiento narrativo implica otro, en este caso cinematográfico, y ya empezado al final de El niño [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Luc & Jean-Pierre Dardenne
ficha de la película] con su homenaje al Robert Bresson de Pickpocket: el de un cine siempre pensado como una “ventana abierta sobre lo real” pero que miraría en adelante tanto del lado del rigor formal del autor de El dinero que el del pragmatismo heredado de Rossellini.