15/09/2009 - Dos parejas, diez reglas para una vida en común. Un experimento que supondrá una dura prueba para todos. Brillante debut que nos regala una irónica comedia escandinava llena de melancolia

Olvidar a Bergman. Ésta es la obsesión de los jóvenes cineastas suecos, prisioneros del cine del gran maestro nacido en Uppsala. Jörgen Bergmark, en su ópera prima tras varios cortos y haber escrito y producido Kitchen Stories, de Bent Hamer, se ha enfrentado sin complejos a los temas más tratados por Bergman, como son el matrimonio, la traición, las relaciones personales, la soledad, la crisis existencial, la ética religiosa. Pero lo ha hecho con gran ligereza, con una comedia de tonos trágicos capaz de capturar la atención de cualquier adulto que haya vivido una historia de amor.

Los protagonistas, una pareja de cincuenta años, viven en una ciudad industrial del norte de Suecia. Él, Erland, trabaja en la serrería, mientras que ella, May, es profesora de piano. En sus ratos libres, organizan en la iglesia local un grupo de discusión sobre la vida en pareja donde acuden parejas en crisis.

Erin tiene un compañero de trabajo, Sven-Erik, al cual salvó la vida hace años, cuando intentó suicidarse. En una fiesta, Erland conoce a su mujer, Karin. Y surge la chispa. En una escena tan simple como magistral, los dos se encuentran en el aparcamiento y, aunque al principio parecen ser reticentes a la traición, terminan dejándose llevar por la pasión sobre el asiento de un coche.

Erland, convencido de que la sinceridad esté por encima de todo, decide encontrar “una solución racional”. Reúnen a sus respectivas parejas y el corpulento obrero propone que los cuatro vivan juntos y esperar que todo termine. Los dos traicionados aprueban increíblemente la idea y establecen diez reglas fundamentales para la vida en común.

Pero no resulta fácil dormirse con el ruido de la cama donde tu mujer se lo está pasando a lo grande con tu amigo. Los nervios de Sven-Erik y May estallan y abren la puerta a los celos, con lo que la situación se derrumba.

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entrevista: Jörgen Bergmark
ficha de la película], cuyo guión ha sido escrito por el mismo Bergmark y Jens Jonsson (autor de The King of Ping Pong [+lee también:
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ficha de la película]), tiene en la actuación de los cuatro protagonistas uno de las claves de su éxito. Pernilla August, descubierta por Ingmar Bergman, que le confió el papel de la niña de Fanny y Alexander (1982), convertida ya en una de las actrices más solicitadas, proporciona en el papel de Karin las incertidumbres y las locuras de una mujer que ha perdido la cabeza por un hombre. Rolf Lassgård, uno de los actores más populares de Suecia, es un Erland sincero y consciente de su poder sobre los otros tres. La fantástica Stina Ekblad, que forma parte de la compañía del Teatro Real Sueco, es una May que tiene que enfrentarse a dolor que le causa la traición de un marido al cual ama muchísimo. Sin embargo, la sorpresa más agradable llega de Claes Ljungmark, un actor extremadamente versátil, que transmite de modo perfecto la debilidad, las dudas religiosas, la inestabilidad y la ternura de un hombre que se siente cortado por la mitad, como pasa a los enormes bloques de carta en su fábrica.

A pesar de que no le falte ironía, A Rational Solution no abandona la sutil melancolía tan habitual del cine sueco. El joven realizador, que ya está trabajando en una nueva película sobre las pasiones, ha elegido la clase obrera, y no la burguesía, para ilustrar la hipocresía y la necesidad de derribar el orden establecido.

(Traducción del italiano)