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PELÍCULAS / CRÍTICAS

First of All, Felicia

por 

- Un prometedor debut dirigido por un director irlandés y un guionista rumano, ganador del premio Cineuropa en el Festival de Estoril 2009

La prometedora pareja creativa compuesta por Melissa de Raaf, por primera vez en un largometraje, y Razvan Radulescu, guionista de varias películas de la llamada Nueva Ola Rumana, como Boogie [+lee también:
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, entre otros, ha presentado ayer en el Festival de Estoril la intimista First of All, Felicia [+lee también:
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, interpretada por Ozana Oancea en su primer papel de protagonista.

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Precisamente entre estos dos países, Holanda y Rumanía, se mueve la existencia de Felicia, de cuarenta años, que emigró en 1980 de Bucarest a Amsterdam, donde trabaja en una biblioteca, está divorciada de Marteen y tiene un hijo de once años, Marc.

Felicia, tras dos semanas con sus padres en Rumanía, tiene todo listo para volver a casa y volver a ver a su hijo, que se ha quedado en un campamento de verano. Pero un contratiempo de su hermana Iulia, que tenía que llevarla al aeropuerto, y el embotellamiento de la capital rumana hacen que pierda el avión y se vea obligada a permanecer toda la tarde en el aeropuerto con su madre, de ventanilla en ventanilla, entre cafés, discusiones, reconciliaciones, a la espera de un vuelo que la lleve de vuelta a Amsterdam.

El temor de no lograr llegar a tiempo para recoger a su hijo hace que Felicia sea intratable y exageradamente hosca con la madre, que intenta ser lo más útil posible y dar buenos consejos a su hija. El enfrentamiento está asegurado. La presencia de la madre, algo molesto para Felicia, provoca la agresividad de la hija, que culmina en un monólogo en la cual se desahoga de todas sus frustraciones como madre e inmigrante que no deja de arrepentirse en el fondo de las decisiones que ha tomado a lo largo de su vida. Vuelven así viejos rencores que parecían sepultados en el pasado. Entre gritos y lágrimas, Felicia ataca pero al mismo tiempo pide perdón, ofende a su madre pero al mismo tiempo solicita desesperadamente ayuda y comprensión.

First of All, Felicia saca a la luz las inevitables diferencias entre padres e hijos, que parecen no persistir ni siquiera con cuarenta años, además de la indecisión y los reproches de quién decidió abandonar su familia y sus raíces para encontrar la serenidad en la independencia total. En una época de gran movilidad juvenil, cuando parte de la inmigración no se debe a las dificultades económicas sino a las ganas de experimentar la vida en el extranjero, esta cinta resulta más actual que nunca.

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