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PELÍCULAS / CRÍTICAS

La segunda mujer/i>

por 

- Una familia agitada por la llegada de una joven desconocida protagoniza esta prometedora ópera prima austriaca, que abrió la sección Panorama de la Berlinale en 2012.

Al margen de Michael Haneke, el cine austriaco no deja de llamar la atención cada cierto tiempo gracias al apasionante trabajo de directores como Ulrich Seidl, Barbara Albert, Jessica Hausner, Ruth Mader o Götz Spielmann. A esta lista no exhaustiva ya hay que añadir el nombre del Umut Dag, cuyo primer largometraje, La segunda mujer [+lee también:
tráiler
entrevista: Umut Dağ
ficha de la película
]
(Kuma), dio el pistoletazo de salida a la sección Panorama de la Berlinale de 2012.

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El prometedor director, de 30 años de edad y origen kurdo, se sumerge con agudeza en una historia familiar que transcurre casi por completo a puerta cerrada. El guion abunda en falsas pistas, las interpretaciones son muy buenas y la dirección es brillante. El futuro de Umut Dag no podría tener mejores augurios, puesto que el asunto turco-vienés de su película no impulsa a catalogarla como cine sobre comunidades, inmigración e integración: es en lo infrapsicológico y en el tratamiento especular de las relaciones humanas donde el director deja huella, y esas cualidades podrá explotarlas en cualquier terreno.

Jouant beaucoup sur les contrastes, La segunda mujer se apoya en un gran número de contrastes. El prólogo transcurre en un pueblo turco, donde se celebra una fiesta de matrimonio en un ambiente extrañamente tenso en el seno de la familia del marido, Hasan (Murathan Muslu). Su madre, Fatma (Nihal G. Koldas), manifiesta un auténtico sufrimiento que irrita a su hermana ("¡Salgamos a celebrar este fabuloso matrimonio!") hasta el punto de obligar al padre, Mustafa (Vedat Erincin), a tranquilizarla. A continuación, vemos la despedida emocionada del grupo y a la joven esposa, Ayse (Begüm Akkaya), partir con rumbo a Viena, donde la familia de su suegra habita en un piso superpoblado. La sorpresa llega la noche de bodas ("Si no es el hombre de tus sueños, cierra los ojos"): Ayse duerme en el lecho del padre de familia y no en el de su marido. En realidad, Ayse es una segunda esposa y cuenta con la bendición de la madre, que debido al cáncer que padece quiere que alguien se ocupe de sus seis hijos: cuatro en el hogar familiar y dos fuera.

Comienza así una vida extraña para Ayse ("¿invitada o madre suplente?"): el matrimonio se mantiene en secreto para guardar las apariencias en una comunidad turca de Viena muy parlanchina. Fatma le infunde ánimos ("Con el tiempo todo estará arreglado. Tienes que ser fuerte, cuento contigo, te los confío totalmente"), le enseña las tareas del hogar (la compra, la lavadora, la limpieza, la cocina), pero Ayse sufrirá la hostilidad de las dos hermanas mayores (Alev Imak y Aliye Esra), que la apodan "la trabajadora" y hablan en alemán entre ellas para que la joven no entienda lo que dicen. A pesar de ello, Ayse va adaptándose al tiempo que la enfermedad convierte a Fatma en un fantasma en su propia casa, antes de que un giro en la historia ponga en tela de juicio este equilibrio…

Mediante un uso atrevido de la elipsis en la narración y el repaso de los rostros variados que ofrecen sus actores con fantásticos planos fijos, Umut Dag consigue definir las motivaciones de sus seis protagonistas y la evolución de las relaciones que mantienen unas con otras. El director da una exhibición de sencillez y eficacia cinematográfica con una narración avanza a buen ritmo y mantiene la intriga sin que pesen los interiores estrechos en que se desarrollan las escenas (mención aparte merece la fotografía de Casten Thiele). Con un reparto compuesto tanto de actores profesionales como aficionados, La segunda mujer se distingue especialmente por pincelar mediante detalles un mundo dominado por las tradiciones, el silencio ("Los problemas se guardan para sí"), los rencores derivados del sacrificio ("he sido empleada del hogar en casas de infieles, he limpiado retretes"), la poderosa presión social sobre las apariencias y la emergencia de nuevos valores que piden las nuevas generaciones. Los temas universales y asuntos más “banales” se entremezclan armoniosamente con el hecho "extraordinario" y detonante del guion (firmado por el propio Dag), resultando una película muy conseguida sobre una serie de mujeres que atraviesan momentos cruciales de sus vidas.

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(Traducción del francés)

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