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LES ARCS 2014

Waste Land: una investigación trepidante en el corazón de las tinieblas

por 

- Jérémie Renier se adentra en las profundidades de lo oculto y del inconsciente en un thriller negro magistralmente dirigido por Pieter Van Hees

Waste Land: una investigación trepidante en el corazón de las tinieblas

"Te mostraré el miedo en un puñado de polvo". El cineasta belga Pieter Van Hees, que evoca el poema La tierra baldía de T.S. Eliot como fuente de inspiración de su tercer largometraje, Waste Land [+lee también:
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entrevista: Pieter Van Hees
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, habría podido citar este verso para resumir fielmente el ambiente sombrío y perturbador de su cinta, proyectada en competición en el 6º Festival de cine europeo de Les Arcs.

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El director concluye sin concesiones su trilogía "Anatomía de amor y dolor", iniciada con las igualmente sobrecogedoras Left Bank [+lee también:
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y Dirty Mind [+lee también:
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, sumergiendo esta vez una investigación policial en Bruselas en los misterios del ocultismo congolés que chocan con las problemáticas personales del "héroe" y con la represión colonial. Camuflado bajo los ropajes de una película de género (brigada criminal, cadáver, investigación, tráfico, excesos de la vida nocturna, etc.), Waste Land emprende en realidad un viaje tenebroso en el alma, un periplo que anuncia una ineluctable confrontación del karma colectivo e individual, el eterno encuentro con el lado oscuro y salvaje de la humanidad. Temas conceptuales que Pieter Van Hees no aborda nunca de frente, sino destilándolas de manera latente, al igual que juega hábilmente en la frontera entre un mundo realista muy cruel y las emanaciones irracionales dejadas a la libre interpretación del espectador. Un territorio confuso bastante intrigante y magistralmente orquestado en el que destaca el cambiante talento de Jérémie Renier en el papel de Leo, un inspector de la brigada criminal duro y frágil a la vez, a priori enamorado de Kathleen (Natali Broods) pero cuya relación comenzará a desintegrarse ante la perspectiva de un nacimiento. El avance del embarazo establece el ritmo elíptico del desarrollo de la película (de la semana 5 a la 32, pasando por la 6, la 11, la 18 y la 23).

Todo empieza con el descubrimiento en un canal de un cuerpo envuelto en un saco de basura que pertenece a un congoleño afincado en Bruselas que traficaba con fetiches de clavos Nkondé (considerados maléficos). Adentrándose cada vez más profundamente en los subsuelos del barrio africano, Leo va a identificar a un sospechoso: un coleccionista blanco que vive desde hace 30 años entre el Congo y Bélgica, su antiguo colonizador. Pero Leo descubre también los extraños rituales de los brujos nganga y su investigación le hará perder progresivamente las riendas al dar salida a sus angustias y obsesiones, al tiempo que continúa con la búsqueda del criminal...

Dirigida con enorme eficacia en un inédito Bruselas africano, Waste Land cautiva aun cuando su voluntad de provocar el caos y la incertidumbre puede llegar a volverse en ocasiones desconcertante. La energía de la puesta en escena y la calidad de la fotografía, firmada por Menno Mans, forman una atmósfera crepuscular hechizante que confirma la originalidad y la inteligencia de un director que interpreta una partitura mucho menos clásica de lo que la superficie de género de su película puede sugerir.

Descubierta en Toronto y presente en cartelera belga desde el 26 de noviembre, Waste Land será distribuida en Francia por Chrysalis. Be for Films se encargará de las ventas internacionales.

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(Traducción del francés)

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