15/03/2007 - Jens Lien eligió a Jørgen Storm Rosenberg como su productor por la reacción que tuvo ante el guión

El joven productor Jørgen Storm Rosenberg, titulado en la Escuela Noruega de Cine de Lillehammer en 2002, había producido tan solo un largometraje anteriormente –la ópera prima del actor noruego Aksel Hennie, Uno [+lee también:
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ficha de la película] (2004)- que, sin embargo, se convirtió en un gran éxito de taquilla en Noruega (300.000 admisiones). Ha producido The Bothersome Man [+lee también:
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entrevista: Jens Lien
entrevista: Jørgen Storm Rosenberg
ficha de la película] para Tordenfilm AS (que él mismo fundó junto a Eric Vogel en 2003) y financió al mismo tiempo la ópera prima de Erik Richter Strand, Sons [+lee también:
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ficha de la película]. Rosenberg ha dejado ahora Tordenfilm para dirigir el Departamento de Drama de una de las compañías televisivas más establecidas del país, Rubicon. Una de sus primeras cintas para Rubicon ha sido el drama épico de Nils Gaup, The Kautokeino Rebellion.

Cineuropa: ¿Cómo se implicó en The Bothersome Man?
Jørgen Storm Rosenberg: Fue una situación muy poco común, pues fue Jens Lien quien se acercó a mí con el guión. El autor fue Per Schreiner, ganador en 2004, gracias a este guión, del prestigioso premio Ibsen Prize. The Bothersome Man se basa en una obra para radio y teatro de Schreiner y tanto él como Lien ya habían trabajado juntos en dos cortometrajes presentados en competición en Cannes. Así, leí 10 páginas del guión, que me dejaron alucinado. Correspondía totalmente al tipo de proyecto que me gusta. A Jens le gustó la manera como vi el guión y, básicamente, me eligió para su película.

¿Cómo reunió la financiación?
Nuestra película tuvo un presupuesto de 16,7 millones de coronas noruegas (2 millones de euros), bastante poco para este tipo de proyecto. El 60% de la financiación vino del Norwegian Film Fund, pero tuve que emplear algún dinero que había ganado con mi anterior éxito, Uno (300.000 admisiones en Noruega) para financiar The Bothersome Man. Icelandic Filmcompany aportó el 4% del presupuesto para cubrir el rodaje en Islandia, además de las aportaciones de otros inversores privados.

Reunir ese 20% que queda es con frecuencia difícil en Noruega: el mercado nacional con su 1,6 millón de habitantes es muy pequeño y mucha gente sólo va al cine para ver películas americanas. Lo importante es realizar películas noruegas que puedan viajar por todo el mundo.

¿Cuáles fueron los principales retos a los que se enfrentó con este proyecto tan poco común?
Encontrar los exteriores adecuados fue quizás el mayor reto, así que pasamos mucho tiempo en la preparación. Entonces, rodar en Islandia, que fue muy duro. Ante todo, las condiciones meteorológicas fueron un gran problema, pues tuvimos una tormenta de arena. Después, las barreras lingüísticas entre nosotros noruegos y el equipo islandés, con quien tuvimos que trabajar durante cinco días. En Noruega, tuvimos que hacer frente a otro problema con la compañía ferroviaria, que no quería que rodáramos la escena del suicidio. Al final, la película se mantuvo dentro del presupuesto pero fue muy muy duro realizarla con ese dinero tan limitado.

En general, ¿qué tipo de películas le gusta producir?
La historia tiene que fascinarme primero. Si me gusta la idea de una escena en particular, voy a por ella. Tengo que sentir algo por la historia. Me gusta dar con proyectos y ver en ellos un potencial que nadie más puede ver y seguirlos hasta el final. Yo no soy un productor típico de películas de arte –me gustan las películas de Hollywood y me encantaría producir proyectos más grandes en inglés.