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Benoît Delépine y
Gustave Kervern • Directores

“Se rebelan contra las injusticias”

por 

- Encuentro con un dúo de iconoclastas cineastas que combinan un sentido del humor muy gamberro con sangre fría para reírse de sí mismos en aventuras cinematográficas fuera de las normas

Uno aparece con gafas negras, el otro con una barba enmarañada y el tuteo es de rigor para los dos: la entrevista a Benoît Delépine y Gustave Kervern se desarrolla en un ambiente ameno que oscila entre la ironía cáustica y el análisis incisivo. Un doble lenguaje que utilizan todo el año en el satírico programa de televisión Groland de Canal + y que alimenta sus películas.

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Benoît Delépine: Una pequeña serie que hicimos en Canal +: Don Quichotte de la Revolucion, la historia de un anarquista completamente loco y de un Sancho Panza repartidor de pizzas que iban al asalto de las grandes multinacionales. Al final, querían asesinar a un jefe, pero el verdadero estaba en realidad en la Défense, luego eso los llevaba a Bruselas y por último a un paraíso fiscal. A partir de esta trama, cambiamos todo para llegar a lo que hoy es Louise-Michel.

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Trabajadoras víctimas de la deslocalización, enfermos terminales, transexuales, marginados varios… La película se centra en los desfavorecidos y las minorías sociales.
Gustave Kervern: Nos conmueven más que los empresarios, los burgueses o los medios literarios o artísticos a menudo tratados por el cine francés. Aunque nunca hemos sido obreros, nos rebelamos ante las injusticias.

Su relato de venganza social no duda en pasar por el asesinato
Benoît Delépine: Imaginemos una película de vaqueros con peones explotados por grandes agricultores que se despiertan y van a matar al latifundista del pueblo. Eso no chocaría a nadie. En la actualidad, hay un tal tabú sobre la hipótesis de la lucha de clases que el hecho de matar a un empresario pasa a ser como si se hiciera caer la estatua de una iglesia. Es aberrante. En el cine, siempre hay películas así, excepto ahora que estamos amordazados.

¿Cómo eligió a los dos actores principales?
Gustave Kervern: A Yolande Moreau ya la apreciábamos cuando actuaba en les Deschiens o en su película Cuando sube la marea. Ninguna otra actriz nos parecía adapta para interpretar al personaje de Louise.

Benoît Delépine: No tiene miedo de sí misma, de su físico, de parecer fea: no tiene miedo de nada. Sólo gente así puede trabajar en nuestras películas, no actores que pasan su tiempo a observarse y a pensar en su carrera. Y Bouli Lanners que había actuado en Aaltra y Avida [+lee también:
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era también una evidencia.

Dos actores belgas, pero también Benoît Poelvoorde en un pequeño papel, ¿es una casualidad?
Benoît Delépine: Los belgas no tienen miedo al ridículo, a hablar, a utilizar la fantasía. En Francia, todo el mundo tiene miedo de todo.

Gustave Kervern: Los cómicos franceses piensan antes que nada a su cuenta bancaria.

¿Por qué mencionar el personaje histórico de Louise Michel?
Benoît Delépine: Nuestro amigo Noël Godin (autor de la Anthologie de la subversion carabinée) nos inició a los grandes anarquistas del pasado. Louise Michel, una de las primeras feministas, simbolizaba perfectamente nuestra historia. Aunque no era transexual, se vestía como un hombre sobre las barricadas y contó que se había disfrazado en mujer para intentar asesinar a Thiers.

Ésta es su primera película en color
Gustave Kervern: No había motivo para hacerla en blanco y negro como las precedentes. En nuestras dos primeras películas intentamos hacer cuadros interesantes, mientras que en Louise Michel el contenido era más importante que la forma Pero a pesar de todo buscamos encuadres atractivos ya que trabajamos con planos fijos.

Benoît Delépine: Sólo tenemos un eje de cámara, por lo cual intentamos que la acción que se desarrolla sea sorprendente. Preferimos la cámara fija por razones artísticas y de producción (lo que nos permite rodar rápidamente), aunque sobre todo porque trabajamos con actores no profesionales: obtener momentos graciosos ya es de por sí brillante, pero repetirlos bajo tres ángulos diferentes es imposible.

¿Encontráis los productores con facilidad?
Gustave Kervern: Tenemos suerte ya que conseguimos entrar en esta fortaleza que es el cine francés, en primer lugar gracias a un productor belga (La Parti Production), sin su apoyo nunca habríamos podido hacer Aaltra. A continuación, Matthieu Kassovitz aceptó producir nuestra segunda y tercera película. Pero no estoy seguro que tengamos las puertas abiertas en otra parte.

¿En qué tipo de cine os reconocéis?
Benoît Delépine: En las películas de Dino Risi, por ejemplo, con ese humor negro de gran crueldad, pero fundado en lo social. Los desfavorecidos están tan poco representados actualmente en el cine. Sin embargo, el más grande de todas las épocas, Charlie Chaplin, sólo habló de ese tema y era allí que se mostraba más interesante. En la actualidad, los realizadores que preferimos son Aki Kaurismaki o los hermanos Coen del principio, con sus pequeños oficios, sus vendedores de coches y el lado lamentable de los “cabrones de pobres”.

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