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Götz Spielmann • Director

“Hacer las paces con las tensiones”

por 

- Encuentro en París con el cineasta austriaco con motivo del estreno francés a cargo de MK2 de Revanche, candidata este año al Oscar a la mejor película en lengua no inglesa

Götz Spielmann, nacido en 1961 y muy seguido desde sus primeros largometrajes (en competición en Locarno en 1990, en San Sebastián en 1991), se ha impuesto como uno de los cineastas contemporáneos más interesantes de Europa, tras una breve paréntesis en la televisión. Después de Antares (2004), seleccionado en una treintena de festivales internacionales, su sexto largometraje, el sutil Revanche [+lee también:
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entrevista: Götz Spielmann
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, proyectado en el Panorama de la Berlinale 2008 con el Label Europa Cinemas, ha sido uno de los cinco candidatos al Oscar a la mejor película en lengua no inglesa en 2009.

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Cineuropa: Bajo la apariencia de un thriller que gira alrededor de un asalto de un banco, Revanche explora varios temas, como son la culpabilidad, búsqueda de identidad, soledad, contraste entre la ciudad y el campo. ¿Cuál es en tu opinión el elemento más importante?
Götz Spielmann: Lo que me guió fue que la película debía ser un viaje hacia el silencio. Pero básicamente lo que me interesa es la posibilidad de abordar cuestiones individuales existenciales. La problemática de los conflictos y dificultades sociales forma también parte de mi trabajo, ya que vivo en nuestra sociedad y veo lo que allí sucede. Tengo una opinión sobre lo que no funciona y sobre lo que se podría cambiar. Pero intento ir más allá, puesto que existen cosas mucho más profundas.

¿Cuál fue su método para escribir el guión?
Mi proceso pasa por la falta de ideas, dejar de lado algunas cuando no son bastante buenas, leer libros, frustrarse y volver a intentarlo una vez más. Cuando trabajé por primera vez sobre la idea que dio origen a Revanche, el hilo de la intriga me hizo inmediatamente pensar en la tragedia griega, lo que daba una dimensión mucho más interesante a la historia-.

Sus personajes parecen arrastrados por la fatalidad, pero pueden elegir y se demuestra con pequeños detalles, como el cruce en el bosque o la doble fotografía.
Me gusta volver la historia de una película más compleja. Como en nuestras vidas, las cosas se repiten, pero su sentido cambia ya que cambiamos, podemos tener una comprensión más profunda, por ejemplo. Estos elementos se conectan sin cesar los unos con los otros como una alfombra que es más sólida cuando no es simplemente un mosaico de distintas cosas.

¿Tienes la ambición de ver hasta dónde puede ralentizar un thriller?
Desde un determinado punto de vista, sí, pero no en la fase de escritura. Sólo quería hacer una película personal. Cuando terminé el guión, me di cuenta que era bastante próximo a un thriller y necesité llevarlo a la escena lo más lentamente posible. Durante el rodaje, decía de vez en cuando a mi equipo: “recuerden que quiero hacer una película aburrida”.

Su lenguaje cinematográfico parece evolucionar hacia la montea
La simplicidad es el objetivo de mi trabajo e intento ser lo más sencillo posible, pero ya sabemos que es muy difícil.

Tu evolución se produce en la frontera del cine “mainstream”, dominado por el guión y un enfoque casi documental.
No creo estar en el medio, sino ser diferente de los dos. No es un compromiso, sino más bien una síntesis: reunir elementos y darles una forma para crear algo nuevo. En el cine de Cassavetes, por ejemplo, hay grandes diferencias entre la fuerza, el vacío y los rituales por una parte y por otra sólo actores que interpretan sus papeles y una cámara que sigue. A pesar de ser dos maneras diferentes de realizar una película, casi opuestas, me gustan ambas. Y esta energía muy viva en Cassavetes se transmite con facilidad y claridad: es un intento de síntesis de distintos elementos, en tensión entre ellos, para devolverles armonía, lo que crea a la vez complejidad y paz. Ya que la armonía es hacer las paces con las tensiones, no dejarlas de lado.

¿Cuáles son sus mayores influencias cinematográficas?
Nunca las seguí e intenté tomar mi propio camino, al menos de modo consciente. No es muy original, pero Fellini, Antonioni, Bergman, Tarkovski, Ozu y Cassavetes son los cineastas más importantes para mí.

Por primera vez has sido el productor de una película tuya. ¿Lo hiciste para ganar libertad artística?
Era ya muy libre cuando comencé mi carrera como cineasta y volví a sentir esta impresión desde mi película anterior Antares. Antes dependía de las circunstancias, aunque nunca he hecho una película por encargo y que lo más importante, es hacer lo que se debe hacer bajo cualquier circunstancia. Reunir la financiación no es fácil en Austria. No tuve dificultades con Revanche, que pudo montarse bastante rápidamente sin coproducción con otros países, pero tuve problemas con Antares.

¿Cuál será su próximo proyecto?
Tengo algunas ideas y trabajé durante los últimos meses en el poco tiempo que me dejó la candidatura al Oscar. Ahora tengo que volver al silencio, escuchar y concentrarme.

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