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Icíar Bollaín • Directora

“Un reto para todo el equipo y para mí”

por 

- El film más ambicioso hasta la fecha de la actriz y cineasta Icíar Bollaín, con guión de Paul Laverty, intenta remover conciencias sin dejar de emocionar y ofrecer espectáculo

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ésta tu película más ambiciosa?

Icíar Bollaín: Si, la más complicada hasta ahora. Era como las que había rodado antes, pero multiplicada por veinte. Hemos rodado con dos cámaras a la vez, en ocho semanas y en Bolivia. Pero me imaginaba que íbamos a tener más problemas: hemos tenido un gran equipo boliviano, mucha suerte con el clima y con las instituciones locales. Y hemos intentado involucrar a los lugareños y hacerles sentir la película como algo suyo también, que se sintieran partícipes.

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¿Hubo entonces mucho trabajo previo?
En muy poco tiempo nos hemos dejado la piel. Trabajé mucho con el director de fotografía, Alex Catalán, estudiando cómo íbamos a contar la historia: por ejemplo, la guerra del agua está mostrada desde dentro de un coche. Hay soluciones visuales y de sonido: a veces el ruido –como el de un helicóptero que oímos pero no vemos- te da la dimensión de la escena. O meter un barco en construcción en una secuencia: eso sugiere mucho. Porque hay mucha sugerencia en la película. En vez de 40 millones de dólares, como hacen los americanos, nosotros sugerimos mucho con lo que teníamos: unos cinco millones de euros.

Es el primer guión que diriges y que no has escrito, ¿verdad?
Sí, pero seguí de cerca el proceso de trabajo de Paul: todo un regalo. Era un reto para mí y para todo el equipo. Todo el mundo tenía que hacer un esfuerzo. Pocas veces un guión te pide tanto: de casting, de producción, de dirección de actores… Además, expone temas muy potentes: el agua, que se haga paralelismo con la conquista de América, el que los personajes sean de una manera en una película y de otra en la vida real, etc. Me pareció un guión muy interesante porque todos los personajes tienen arco: llegan a otro lugar distinto del que han partido. Los ideales están en sus bocas, pero a la hora de la verdad.... o cómo los cineastas que ruedan una película de denuncia van a lo barato y a pagar poco, con lo cual no salen bien parados.

Porque la película es un homenaje al cine pero también una critica al mismo.
Si, hay homenaje, como mostrar lo que cuesta levantar una producción: hay una escena en la que el director, desbordado por las circunstancias, no puede más y va a tirar la toalla. Y luego está el cinismo de llegar a un país a rodar y pagar muy poco a los lugareños.

¿Y por qué dar esa visión del descubrimiento de América tan poco reconocida?
Paul ha tenido la valentía de hacerlo. Hay una parte de la conquista muy interesante: lo que Colón puso en marcha, toda una rueda impresionante de comercio que incluye la explotación. Realizó cuatro viajes al Nuevo Continente y el último con 17 carabelas, repletas de fanáticos en busca de oro. Es un personaje más interesante de lo que hemos estudiado: prometió mucha ilusión y riqueza, pero encontró poco de eso allí. Fue todo mucho más tormentoso de lo previsto. Eso no se dice aquí, en España, porque Colón es un héroe nacional, pero es una parte muy interesante de la historia.

¿Es necesario remover conciencias, un poco adormecidas hoy día?
Yo creo que eso está bien: lo primero es darle al espectador una buena historia y que se emocione, y si luego, ya en casa, piensa en ello, genial. No está de más hablar de la privatización del agua, porque los beneficios se los llevan cuatro multinacionales que sólo piensan en su ganancia, no en el bien global.

¿Le sienta entonces bien el adjetivo “film político” a También la lluvia?
Creo que es más que eso, pero sí. Hay un cine político fantástico que no está hoy en boga. El guión no es amable con lo que cuenta, lo que pasa es que “cine político” es una etiqueta que suena a poco atractivo y menos comercial, aunque la película te hace pasar un rato apasionante, creo yo. Si dices político y apasionante, como que no encaja. Hoy la política está desprestigiada. La película tiene carga política, pero vivimos en una época muy escéptica y hace falta más política y mejor. La idea de Paul fue: te voy a contar esto, pero emocionando y haciendo espectáculo.

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