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Montxo Armendáriz • Director

“El cine puede ayudar a solucionar problemas sociales”

por 

- El director navarro, que estuvo nominado al Oscar en 1997 por Secretos del corazón, aborda un tema muy delicado y comprometido en No tengas miedo: el abuso a menores.

Cineuropa: ¿Por qué cinco años desde tu anterior película (Obaba) en volver a rodar?
Montxo Armendáriz: Porque me interesa buscar temas que me ilusionen y me provoquen la aventura, el riesgo y la necesidad de contarlo. Es difícil encontrarlos y que encajen en como está en ese momento la cinematografía. La gente piensa que te has quedado cinco años sin hacer nada y no es así: todos los días investigo y hubo un proyecto, sobre bullying, que tuvimos que abandonar porque no encontramos apoyos suficientes.

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¿Se puede decir que las constantes de tu cine tienen que ver con la infancia, la juventud y los temas sociales?
Tienen que ver con la condición humana. Me interesan las historias de personas que superan situaciones y problemas. De ahí que muchas de ellas, siendo muy diferentes, compartan ese leit-motiv, desde Las cartas de Alou (una historia de supervivencia), a 27 horas (el enfrentamiento a la autodestrucción total) o en este caso de No tengas miedo [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Montxo Armendáriz
ficha de la película
]
donde abordo la lucha de una superviviente que se enfrenta a la adversidad de un destino completamente trágico porque han destrozado su vida.

¿Por qué te decidiste a abordar este tema tan delicado?
Amigos siquiatras y psicólogos me contaron casos de secuelas bastante graves en adolescentes, entonces me puse en contacto con victimas, empecé a leer sobre el asunto, estuve más de un año conviviendo con profesionales y victimas, y de ahí surgió la idea. Todas las historias que contaban tenían "mucha riqueza dramática" dentro de lo terrible que es decir esto. También me llamó mucho la atención el coraje y la valentía de la lucha tenaz para rehacer una vida que les habían destrozado. Y había una tercera razón para rodarla: el desconocimiento que nuestra sociedad tiene de todo esto, pues sigue siendo tabú y no queremos verlo; miramos para otro lado, porque no es un asunto que agrade, pero creo que para solucionar los problemas primero debemos conocerlos y el cine puede ayudar en esto.

¿Has tenido que hacer alguna concesión con el guión para hacerlo más suave?
No he querido en absoluto. Sé que es una película hecha a contracorriente, de lo que se entiende como comercial y políticamente correcto, pero yo quería que la historia mantuviera la dureza y veracidad de lo terrible de la situación para que la gente pudiera sentir o entrever a través de la película, que el espectador se sintiese atrapado por esta angustia y este estado de desazón en que viven las victimas, sin apoyo social prácticamente, en el más completo anonimato, en el silencio, sin atreverse a decir nada... Quería que la película fuese seca y reflejara la veracidad de algo que tenemos ahí y no queremos ver.

¿Cómo planificaste la narrativa visual del film?
Huí de todo artificio y manipulación, de ahí que no haya música ni planos-contraplanos y la cámara sea un elemento que sigue o nos da noticia de la situación psicológica de la protagonista. La película no tiene mucho diálogo y había que trasmitir la angustia y la soledad de la chica. No quería usar pesadillas, recuerdos ni llantos, pero en todo momento ves a la chica intentando mostrar que no le pasa nada, algo muy típico de la victima, pero sabes que algo le esta pasando.

¿Hubo especial cuidado en las escenas del abuso?
Sí, fue lo que más me costó encontrar: este tono, el punto de vista para contarlo sin perder la dureza pero sin caer en el morbo ni la provocación gratuita. Vi cómo se había abordado el tema en otros films y me sirvió para buscar uno propio y diferente. Porque con esta película me gustaría provocar un debate social, que los organismos y profesionales tomen riendas en el asunto y pongan las medidas para que esto suceda menos y se pongan soluciones.

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