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Leos Carax • Director

"La experiencia de estar vivo"

por 

- Leos Carax apunta las claves de la extraordinaria Holy Motors, obra que marca el regreso del enfant terrible del cine francés a Cannes

Acompañado de los actores Denis Lavant, Edith Scob y Kylie Minogue, el director Leos Carax ha compartido algunas claves para interpretar su fascinante y surrealista Holy Motors (leer más), uno de los bombazos de la competición del 65° festival de Cannes.

¿Cuál era la idea original de Holy Motors?
Leos Carax: Cada día atravieso varios puentes en los que suele estar una anciana gitana. Durante años la he visto, pero nunca hemos hablado. A veces le daba algo de dinero, pero no había ninguna comunicación posible con esta mujer y yo no sabía cómo actuar. No sé por qué, he conservado su imagen en mi imaginación como si fuese yo; estaba en diferentes sitios y me transformaba en la mujer. Ese es el origen de la historia.

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¿Cómo abordó la escritura del guion qué parte corresponde a la improvisación?
Es una película peculiar, concebida muy rápidamente porque no se podían rodar mis otros proyectos. Denis Lavant la imaginó, y eso era lo único que sabíamos al principio. Además, yo no soy guionista, tan solo tomo notas que más tarde se convierten en guion, pues es necesario tener eso para encontrar dinero. Hacemos la película de modo que la vida y otras cosas entren en ella, no nos encerramos en un estudio; espero que eso se refleje en la película. Muchas de las cosas no salieron como se escribieron en un principio.

A lo largo de la cinta hay muchas referencias cinematográficas. ¿Es una película sobre la historia del cine?
Creo que todas las películas lo son, pero siempre he odiado la palabra referencia. Cuando decidimos vivir en el mundo del cine, lo hacemos porque es un mundo bonito, pero está lleno de cementerios. A veces vamos al cementerio y a veces salimos a tomar algo, así es la vida. Si se tiene la sensación de que esta película trata del cine, se debe saber que no era esa mi intención. Cuando hacemos una película, hacemos cine, o, al menos, se supone que lo hacemos.

En la película cita a Jean Grémillon, King Vidor, Georges Franju y Jacques Demy.
No me gustan los nombres propios. Empecé a hacer cine muy joven y he descubierto el cine al mismo tiempo que lo hacía. Sería demasiado largo si citase a todos los cineastas importantes para mí. Pero la película no es un homenaje a nadie, no les hace falta eso.

En este autorretrato plural, usted deja caer que hace falta ver, pero que ya no hay ojos que miren.
Se podría decir que el señor Oscar (interpretado por Denis Lavant) es un actor, pero no es una película sobre actores; es una película sobre un hombre y una experiencia: la experiencia de estar vivo. He utilizado la posibilidad de que sea un actor o un tipo de actor al que nadie mira, un poco como todos nosotros. Además, como una película suele funcionar por coincidencias o correspondencias, es cierto que Edith Scob había actuado en Los ojos sin rostro, una película maravillosa con ciertas similitudes con la nuestra, pero casi por casualidad. No lo había pensado al principio.

¿De dónde sacó la idea del diálogo entre limusinas?
Poco a poco, imaginando la película, sentí que existía cierta solidaridad entre el personaje encarnado por Denis (o sus personajes, el señor Oscar), las bestias y las máquinas. Está la limusina, una máquina muy lujosa. Por eso la película se llama Motores sagrados, porque hay un motor sagrado en nosotros, tanto en el hombre como en la bestia y la máquina. Se trata de un nuevo mundo, un mundo virtual, digamos. Además de los animales y los hombres, decidí que las máquinas también hablasen. Me gustan los motores, la palabra motor, la palabra acción, que ya no podemos decir realmente en el cine, pues ya no hay motores en las cámaras. Ahora habría que decir: Power. Pero creo que el poder de hoy en día es un poder falso.

¿Qué podría decir de la actuación de Denis Lavant?
Todavía estamos sorprendidos, además creo que se ha vuelto 10.000 veces mejor que cuando lo conocí y eso no ocurre con todos los actores. Cuando éramos jóvenes, Denis ya era lo que es: una escultura increíble. Había al menos dos secuencias que había imaginado y pensaba que él no podría hacer, pero nos dijimos: "¡vamos a hacerlas de todas formas, vamos a intentarlo!". Se lo agradezco; es una película que agradezco enormemente a los actores, pero no solo a ellos, pues hubo muchos problemas con el dinero y con otras cosas y todo el equipo ha brindado su apoyo como nunca antes había visto.

¿Cómo llegó Kylie Minogue al proyecto?
No conocía a Kylie, solo su nombre. Tenía un proyecto en Londres, buscaba a una actriz y Claire Denis me habló de ella. Aquella película no llegó a hacerse, pero pensé rápidamente en Kylie para Holy Motors. Este encuentro ha sido una de las cosas más bonitas que le han pasado a la película.

¿Le gustaría que el público le comprendiese?
No sé quién es el público. Es gente que muere pronto. No me gustan las películas para el público sino para el ámbito privado e invito a todo que quiera a que vea la película. Me importa que la vean. ¿Qué la entiendan? No. ¿Que les guste? Sí.

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