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Pierfrancesco Diliberto • Director

“Es posible reírse de la mafia”

por 

- Pif, conocido por sus reportajes satíricos para la televisión, habla de su primer largometraje, The Mafia Only Kills In Summer, presentado a concurso en Turín

Pierfrancesco Diliberto • Director

Pierfrancesco Diliberto, cuyo nombre artístico es Pif, es conocido por sus reportajes satíricos para programas de televisión como Le Iene o Il Testimone. El presentador, que fue ayudante a la dirección de Franco Zeffirelli en Un tè con Mussolini (1998) y de Marco Tullio Giordana en I cento passi (2000), ha presentado su primer largometraje como director, una de las producciones italianas más esperadas de la temporada. The Mafia Only Kills In Summer [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Pierfrancesco Diliberto
ficha de la película
]
(La mafia uccide solo d'estate. lit: La mafia sólo mata en verano) es un relato, con una cierta dosis de ironía, que dura veinte años en los que los crímenes más sangrientos de la mafia en Palermo durante los años 70 y 80 sirven de fondo para una historia de amor surgida en el colegio. El director ha hablado sobre ello en Roma durante la presentación de la película a la prensa, antes de su debut oficial a concurso en la 31ª edición del Festival de Turín.

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Cineuropa: ¿Es posible reírse de la mafia?
Pif: Se puede reír de todo. Lo importante es que la sátira no ofenda la tragedia. Yo llego de Le Iene, donde bromeas pero luego sacas un tema importante, como un puñetazo, y luego vuelves a bromear. He hablado de la mafia en muchos capítulos de Il Testimone. Ha ocurrido que empezase hablando del cruasán con helado, una especialidad siciliana que adoro, y terminase entrevistando a la hija de una víctima de la mafia. Nadie se ha quejado y por ello he decidido seguir por este camino. Querría que la película llegase también a los jóvenes, que quizás me conocen por la televisión y se les hace difícil ver una películas más clásica.

¿Cómo surgió la idea de la película?
Cuando me mudé de Palermo a Milán, me hacían muchas preguntas y me di cuenta de que para los italianos la mafia estaba vinculada a la imagen de campesino de Totò Riina. En cambio la mafia es también la Palermo de clase alta, gente como Stefano Bontade, aparentemente educados y amables, así que he decidido mostrar este otro aspecto. Pero la pregunta que más me importaba era: ¿por qué la gente no se rebela? Pongo con frecuencia el ejemplo de las hombreras en los años 80. Las chicas las usaban con normalidad, pero era horrendas. ¿Por qué las hombreras entraban en mi vida y yo no decía nada? ¿Cómo es posible que en Palermo la mafia se involucrase de esta manera en la vida de la gente y pocos dijesen algo? Volviendo a oír las declaraciones de los políticos de la época, todo encaja. Algunos estaban involucrados, otros no negaban la existencia de la mafia, pero sí su peligrosidad. Yo mismo vivía en una burbuja. Pensaba que el peligro no me afectaba. Nos hemos despertado en el 92, con los homicidios de los jueces Falcone y Borsellino.

Aparecen imágenes de archivo en la película. ¿Cómo las habéis mezclado con el material rodado?
Hemos inventado la vida de Arturo inspirándonos en mi vida, de otros palermitanos y de Michele (Astori, co-guionista junto a Pif y Marco Martani, ndr), que se mezclaban con hechos reales. Las imágenes hablan por sí solas, no hacía falta ponerles fecha. He pasado horas en los archivos de la Rai, un museo en toda regla de nuestra historia, una experiencia increíble. El desafío era mezclar nuestro metraje con las imágenes de archivo, como en Milk. Cuando Arturo entra en la iglesia para el funeral del general Dalla Chiesa, imitaba con la cámara el movimiento de las imágenes de televisión. La escena final, el momento en el que Palermo abre los ojos en el funeral de Borsellino, ha sido rodada con una cámara beta del 92.

¿Qué reacción esperas de los jóvenes de hoy día de Palermo ante la historia que cuentas?
Sorpresa. En la película cuenta lo que pasó. Si me ha sorprendido a mi mismo que estuve allí, imagínate a quién no estaba o era demasiado pequeño para acordarse. Esto vale también para el norte. Algunos políticos del norte recuerdan a los de Palermo, que por orgullo o interés no quieren admitir la existencia o la peligrosidad de la criminalidad organizada. Hoy la mafia siciliana es menos potente que en los 70. Toda la atención se ha situado en la camorra o la 'ndrangheta, pero el Estado debe estar presenta y seguir luchando, porque la mafia más peligrosa es la que actúa en silencio. Soy optimista porque hay tantas cosas que me dan aliento. En Palermo hay una asociación llamada Addiopizzo que reúne 800 tiendas que no pagan el pizzo [extorsión mafiosa, ndt] y lo dicen a través de una pegatina en el escaparate. Y funciona. Hay arrepentidos que cuentan que cuando veían esa tienda se quitaban de en medio. Hoy la gente denuncia, no está resignada como la generación de nuestros padres.

Y vosotros, ¿habéis tenido problemas de este tipo durante el rodaje?
Cuando decidí rodar en Palermo, lo primero que me dije es que no habría pagado extorsión bajo ningún concepto. Habría sido absurdo teniendo en cuenta el tema de la película. Y así ha sido. Hemos seguido por nuestro camino y hemos rodado durante cuatro semanas con la ayuda de la asociación Addiopizzo. El grupo ayuda. Es importante no tener un líder que se pueda identificar y eliminar. Los mafiosos no son inteligentes. Si las condiciones de trabajo fuesen favorables, Palermo estaría repleta de producciones de todo el mundo, porque la ciudad es hermosa, la gente es hospitalaria, se come bien y hay mucha luz. Es una invitación: rodar en Palermo sin ceder a extorsiones es posible. 

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(Traducción del italiano)

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