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Dominik Graf • Director

“Las historias que me gusta contar no son demandadas por el cine”

por 

- El veterano director alemán se aleja momentáneamente de la televisión con Beloved Sisters

Dominik Graf  • Director

Aunque el veterano director Dominik Graf apenas se ha prodigado en cine -sus títulos en la gran pantalla no llegan a la decena- es considerado uno de los nombres imprescindibles de la industria alemana. Acomodado en su labor para la televisión, un medio donde sí es muy prolífico, sus intentos de introducir el cine de género en su país en los años ochenta y noventa siguen siendo muy valorados. Su último largometraje para la gran pantalla, la cinta histórica Beloved Sisters [+lee también:
crítica
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entrevista: Dominik Graf
ficha de la película
]
, compite por el Oso de Oro en la 64 edición del Festival de Cine de Berlín. Graf se inspira en las cartas que el escritor Friedrich Schiller envió a las hermanas Charlotte y Caroline von Lengefeld para construir una singular historia de amor a tres bandas. Retrata el mundo previo a la revolución francesa a través de tres personajes que entendían el amor y el poder económico de un modo rupturista.

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Cineuropa: A pesar de la ambientación histórica, su película resulta mucho más actual. A través de sus protagonistas parece recordarnos que debemos luchar por derechos que ya habíamos logrado en el pasado y que hemos perdido.
Dominik Graf: En la película hay claros paralelismos entre ese momento histórico y las últimas décadas. Lo que ocurrió en esa breve franja de tiempo entre el 1789 y el 1792 durante la Revolución Francesa luego resultó una desilusión para la sociedad. Una situación muy similar a la que pasó por ejemplo aquí en Alemania en el 1968, que finalmente desembocó en algo muy diferente y afectó a las vidas de toda una generación.

El año pasado el Festival de Cine de Rotterdam le dedicó una retrospectiva en la que le definió como "el arma secreta del cine alemán". ¿Se siente identificado con esas palabras?
En cierto modo sí sería una expresión acertada, si a lo que se refiere es a que se valora mi trabajo en televisión. Trabajar en ese medio significa en muchos casos permanecer oculto. Pero las historias que me gusta contar no son demandadas por el cine. 

Rotterdam también reivindicaba que hubiera una mayor presencia de Dominik Graf en los festivales internacionales de cine.
Yo estoy bien con esa situación. Para mí es un alivio que sea así. Me considero bastante provincial. Quizá por eso mis películas no suelen ser consideradas en grandes festivales internacionales. Escribo historias sobre mi entorno y no tengo intención de salir al mundo o rodar películas en inglés. Me resultaría agotador concentrarme en otra lengua extranjera y mi modo de trabajar es pequeño. No me gusta que mis proyectos dependan del dinero que se obtiene para llevarlos a cabo. Por supuesto necesito de vez en cuando tener alguna "explosión" puntual, que exponga mi trabajo a mayor nivel, como mi presencia en la Berlinale.

Con Las vidas del gato (1988) logró que el cine policial fuera un éxito de taquilla en Alemania. ¿Por qué cree que no sirvió para que el género se consolidara en el país?
Fue una mera cuestión financiera. Yo mismo intenté repetir la fórmula años después con Die Sieger, que era mucho más cara, y fue imposible conseguirlo. A pesar del éxito de Las vidas del gato las personas que financiaban la película seguían siendo escépticas al género y eso hizo que tuviéramos que rodar con la mitad del presupuesto que necesitábamos.

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