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Roy Andersson • Director

“Cine universal y atemporal”

por 

- VENECIA 2014: Cineuropa ha charlado con el director sueco Roy Andersson sobre sus fuentes de inspiración y sobre la financiación de Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia

Roy Andersson  • Director

El premiado director sueco Roy Andersson saltó a la fama internacional ya con su primera película, A Swedish Love Story, que ganó cuatro premios en la edición de 1970 del Festival de Berlín. En 1981, fundó la productora Studio 24 en Estocolmo, a través de la cual hacía publicidad que le servía para financiar sus producciones independientes. Su trilogía existencial, compuesta por Canciones del segundo piso (ganadora del Premio Especial del Jurado en Cannes), La comedia de la vida [+lee también:
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y Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia [+lee también:
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, León de Oro de Venecia), ha mostrado una visión totalmente singular.

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Cineuropa: En tus películas sueles combinar la edad, lo absurdo y la muerte. ¿Son entendidos igualmente por culturas distintas?
Roy Andersson: Es increíble lo parecidos que somos a pesar del lugar del mundo en el que vivamos. Tenemos cosas básicas en común, como el respeto, el miedo, la felicidad o la tristeza. A veces, pensamos que es distinto, pero, en lo más profundo de nuestras almas, estamos muy cerca los unos de los otros. Incluso la gente de un pequeño poblado de África piensa en las mismas cosas: cómo sobrevivir, ser feliz, comer, beber y tener hijos.

¿Cuál es el significado de esta película?
La tensión existente entre lo banal y lo serio. La variedad de la vida, de la existencia. Para mí, hay tres temas de gran importancia. Uno es la falta de empatía, lo cual es algo muy negativo, sobre todo hoy día, ya que demuestra una cada vez mayor falta de respeto. Me entristece mucho ver cómo la gente más débil es humillada. La humillación es otro tema que me interesa. 

¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?
La vida. He visto y vivido estas situaciones. A veces, la vida es muy banal y poco interesante. A veces, es muy interesante, fascinante e incluso aterradora. Me encanta esta mezcla y me gusta mezclar las épocas. En esta película hay muchos anacronismos, mezclar el pasado y la actualidad. Estoy satisfecho de arriesgarme a hacerlo, ya que antes era más realista. Pero después de quince años estaba muy cansado y me sentía con lo suficientemente atrevido para dejar el realismo y pasar a la abstracción.

¿Qué provocó este cambio de acercamiento?
Me inspiró un alemán que tuvo una experiencia terrible durante la Primera Guerra Mundial. Otto Dix es el número uno de la Nueva Objetividad. Todas sus pinturas tienen un enfoque muy profundo. Al principio de mi carrera, no tenía un enfoque demasiado profundo, sino que me concentraba más en las caras, con una neblina en el fondo. Ahora para mí resulta imposible hacer una escena sin un enfoque muy profundo, aunque requiere más tiempo y dinero. Por esto prefiero trabajar en estudio. Como Matisse, digo que hay que quitar todo lo que no sea necesario para la película. Hoy día, mis películas se han purificado. Quiero que sean universales y atemporales. Para conseguir esa universalidad, prefiero que todos los actores tengan el mismo color de piel y que sus ropas no sean de colores muy llamativos. Nunca más volveré al realismo.

¿Qué experiencia tuviste con Ingmar Bergman en la escuela de cine?
Era el examinador de nuestra escuela de cine en Suecia, donde me gradué hace muchos años. Dos veces al año, teníamos que ir a su oficina, donde nos decía lo que teníamos que hacer. En aquella época, yo estaba muy metido en las manifestaciones contra la guerra en Vietnam. Era una escuela muy generosa, ya que podíamos tomar prestada una cámara durante dos años y conseguir material para rodar, así como que nos costeasen los gastos del laboratorio. Cuando Ingmar Bergman supo que estábamos usando estos recursos para rodar manifestaciones, se enfadó mucho. Me advirtió: “Si sigues usando esas cosas que tienes el privilegio de conseguir, nunca tendrás la oportunidad de hacer un largometraje”.

¿Qué hiciste?
No le hice caso. Sabía que a largo plazo estaba condenador a perder esta batalla. 

Has financiado tus películas con publicidad. ¿Cómo has completado la financiación de ésta?
Construí mi estudio gracias a la publicidad. Pero en esta ocasión no he necesitado interrumpir el proceso creativo para hacer publicidad para conseguir dinero y estoy contento por ello. Espero no tener que rodar más anuncios para financiar mi próxima película, porque la calidad de la publicidad ha disminuido. Casi me avergüenzo de trabajar en ese sector. Cuando empecé mi carrera había anuncios muy buenos. 

¿Cómo financiaste Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia?
Recibí ayudas de Film- und Medienstiftung NRW en Alemania, el CNC de Francia, Eurimages, Arte y los institutos de cine de Suecia y Noruega, así como algunas preventas. En total hemos tenido un presupuesto de 40 millones de coronas suecas, unos cuatro millones de euros.

¿Cómo consigues que los actores estén disponibles con rodajes tan largos?
Hay que encontrar soluciones. Creo que trabajamos de una manera muy barata. Se puede hacer gracias a que tengo mi estudio y mi tiempo. Invierto mucho de mío y espero conseguir sacar algo en el futuro. Para estas tres películas he tenido que pedir un préstamo. Quiero mantener el control sobre la película y no quiero cederlo a otra compañía.

¿Cuál es tu siguientes proyecto?
Estará muy relacionado con la serie de “Los Caprichos” de Goya. Volveré a rodarlo en digital.

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(Traducción del inglés)

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