email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

Carlos Vermut • Director

“Estoy muy virgen en el mundo del cine”

por 

- Concha de Oro a la mejor película y Concha de Plata al mejor director en San Sebastián por la segunda película del director español Carlos Vermut, Magical Girl, tras estrenarse en Toronto

Carlos Vermut • Director

Tras el fenómeno de su primer largo, Diamond Flash [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, estrenado en internet, el director madrileño de 34 años Carlos Vermut salta a primera división con Magical Girl [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Carlos Vermut
ficha de la película
]
, un film que se sitúa entre lo más sorprendente del Festival de San Sebastián 2014, después de haberse estrenado a nivel mundial en el Festival de Toronto.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Cineuropa: Tu primera película, Diamond Flash, estrenada en internet, se convirtió en un film de culto. ¿Te pilló por sorpresa aquel éxito?
Carlos Vermut: Nunca pensé en dedicarme a hacer cine. Había rodado algunos cortos y me planteé hacer una película: pensaba subirla a Youtube o proyectarla en bares de amigos, pero creció gracias a la reacción de los que la veían. Como nunca he ido a San Sebastián, no me asusta el festival: voy a ir como de vacaciones, no tengo la presión de alguien que lleva tiempo en la industria; estoy muy virgen en el mundo del cine.

¿Entonces Toronto, donde estuviste hace unos días, ha sido tu primer festival?
No, fui antes al de Austin, donde te pasas el día comiendo nachos y disparando escopetas, algo muy lúdico. Y pensaba que todos eran así, pero no: en Toronto te pierdes, con tantas películas. Allí Magical Girl funcionó bien y las críticas fueron buenas. Pero me extrañaría que gustase a todo el mundo, porque es una película muy radical.

¿Cómo ha sido el salto de trabajar en un film de 20.000 € a otro de medio millón de presupuesto?
Más que en el acabado final del film, se nota en cuanto a poder centrarte en la dirección y no tener que estar haciendo bocadillos. Pero la producción de guerrilla de Diamond Flash ha beneficiado a Magical Girl: hemos sido muy prácticos en producción y por eso parece una película más cara de lo que es. 

¿Te gusta ese sambenito que se te ha colgado de abanderado del cine low cost?
Estoy a favor de la voluntad de los creadores de hacer cosas con una cámara. Animo a todo el mundo a que ruede, lo que me parece peligroso es que los productores utilicen eso para bajar los sueldos o no pagar a la gente. Yo prefiero tener poca gente en el rodaje y que cobren todos, a tener mucha y que no cobren. 

A pesar de haber estrenado tu ópera prima en internet... ¿prefieres que el cine se vea en una sala?
La relación que existe entre el espectador y la película en la sala es distinta a la que tiene con su ordenador: en el último caso, eres tú quien decide cuando empieza, la paras o la apagas, y no estás rodeado de gente en silencio. Esto demanda que las películas sean tan interesantes que no puedas pararlas. Eso está pasando con las series de televisión, que tienen los mejores guiones. Y las de cine están abocadas a ser espectáculos visuales, porque hay que aprovechar la pantalla grande, pues en casa no es lo mismo: estamos en la era de los Transformers y la Marvel. Ahora las firmas de efectos digitales tienen el poder en Hollywood.

En Magical Girl sobresale un reparto en estado de gracia, ¿te han llevado los actores a escribir las historias que interpretan?
Totalmente. Empecé a escribir el guión en agosto de 2012 y me senté con Sara Bilbatúa a trabajar en el casting. Así, cambiábamos los personajes: el de Bárbara Lennie iba a ser una mujer de 50 años, y José Sacristán iba a ser más joven que ella. Vas cambiando fichas y el guión es como un cubo de Rubik: para que una cara quede bien, tienes que fastidiar otras antes.

Los problemas económicos aparecen también en tu película, con ese personaje que vende sus libros al peso...
Sin querer ser una película social, la realidad acompaña a mis personajes, pero no quiero ser moralista. Es que ahora los contenidos se compran al peso, en la televisión por ejemplo. Queremos tarifas planas para ver mucho, aunque sea malo: no nos interesa la calidad, sino la cantidad. Estamos abocados a eso.

Se te compara con Tarantino, Kaurismaki, Haneke...
Necesitamos referencias y nos educamos con ellas. Me da miedo que cuanto más metido estás en el cine, más te alejas de la realidad, pero ésta es tan interesante que no puedes vivir en un mundo de cine. No quiero perder el contacto con la realidad y mi mundo. Hay que luchar para que eso no suceda. Tarantino ha perdido el contacto con la realidad, pero Almodóvar no, que hace poco hablaba de sus vídeos favoritos de Youtube y yo hago una referencia a ello en mi película.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Lee también

Privacy Policy