email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

Stefano Incerti • Director

Un apólogo lírico a la medida de Toni Servillo

por 

- El director napolitano nos cuenta cómo nació Gorbaciof, su sexto largometraje; cuáles fueron sus influencias, y cómo buscó un estilo depurado

Cineuropa: ¿Cómo nació la idea de Gorbaciof [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Stefano Incerti
ficha de la película
]
?

Stefano Incerti: En 2003 leí un artículo titulado «El cajero con el vicio del juego» sobre el administrador de una cárcel del norte de Italia que sustraía de la caja común el dinero que los familiares de los detenidos depositaban y lo usaba para jugar en el casino. Fue el punto de arranque que me dio la posibilidad de retratar a un personaje inédito en el cine; decidí llevar la historia a Nápoles y escribir la película junto con Diego De Silva.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

¿Qué cambios sufrió el guión entre 2003 hasta ahora?
Al principio, en lugar de una chica china, había una napolitana, por lo que preveíamos muchos diálogos. Sin embargo, nos pareció un guión demasiado ortodoxo: no tenía la chispa que buscábamos. Más tarde, cuando Toni Servillo entró en el proyecto, nos planteó un mayor rigor.

Lo que resultó en una película casi muda...
Sí, una película que no necesita diálogos, en la que la comunicación no tiene lugar a través de las palabras sino mediante gestos, miradas. El cine de hoy se parece cada vez más al teatro filmado o a las ficciones televisivas: todo diálogos y voces en off. He querido acercarme al cine más primigenio, aquel que no necesita palabras como atajos para la expresión de sentimientos o aspectos psicológicos.

¿Cómo ha influido en el desarrollo de la película la elección de Servillo?
Además del estímulo a la escritura, el personaje de Gorbaciof está hecho a su medida. A la hora de rodar nos hemos podido permitir elipsis y omisiones que habrían sido impensables con otros actores. Desde el punto de vista de la producción, sin embargo, contar con uno de nuestros actores más grandes y notorios no ha bastado para dar un impulso inmediato a la película: una obra casi muda, con pocos diálogos en napolitano y con una coprotagonista china es muy difícil de sacar adelante. Para Gorbaciof, aun tratándose de una película de bajo presupuesto en alta definición, hemos debido reunir hasta cinco productores.

Entre sus inspiraciones (y aspiraciones), usted habla de una «dimensión en absoluto italiana, sino cercana al cine de Europa del este y a Oriente». ¿Puede decirnos a qué modelos se refiere?
Puedo poner un ejemplo que he visto recientemente: Cuatro noches con Anna [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, de Jerzy Skolimowski; una obra muy silenciosa en la que he encontrado, curiosamente, muchos puntos afines con mi película. En términos más generales, me refiero a la capacidad del cine oriental de sugerir sin abstraerse del contexto: en Gorbaciof yo no quería ignorar la ciudad, una Nápoles que, para mí, que vivo en ella, se parece un poco a la Nueva York de los años setenta, donde se puede comprar una pistola por un puñado de euros. Mi intención no era hacer un retrato, sino rodar un apólogo lírico teniendo como protagonistas a dos personajes que, en otro lugar, no habrían sido más que comparsas.

Desde un punto de vista estilístico, se percibe la ausencia de cualquier tipo de virtuosismo: ¿por qué?
Es una llaneza que nos ha costado encontrar, porque la simplicidad requiere esfuerzo. Estoy convencido de que cada historia exige una forma de contarse diferente y un estilo que se integre con la historia. En este caso he renunciado a los travelín y a los estabilizadores de cámara, optando por que la cámara se pusiera al servicio de los actores, sin abusos.

¿Le sorprendió la óptima acogida de la prensa internacional en Venecia?
Confiaba en que agradase, pero no me esperaba un éxito de tal magnitud: nada más terminar Venecia, llevamos la película a Toronto, y, empujado por las buenas críticas, ha empezado a venderse al extranjero: Francia, Inglaterra, Australia y Nueva Zelanda; negociaciones con España y Alemania. Mis películas, de todas formas, siempre han tenido más éxito fuera de Italia: en Italia se distribuían pocas copias y en periodos desfavorables. Gorbaciof es la primera que se estrena en plena temporada cinematográfica.

Hace pocos días, la película se presentó también en el festival de cine italiano de Annecy. ¿Cómo valora este tipo de iniciativas?
Cualquier actividad que lleve el cine italiano al extranjero es positiva porque puede llamar la atención de las distribuidoras: al mismo tiempo, una de mis anteriores películas, Cómplices del silencio [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película
]
, se ha proyectado en un festival similar en Estocolmo, al parecer con éxito. Tendríamos que apostar más por las ventas internacionales, pero me parece que los productores son los primeros que no creen mucho en ello: se echa en falta una estrategia agresiva.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Lee también

Privacy Policy