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Lukas Moodysson

Mis desperados adolescentes

por 

- Lukas Moodysson, en Venecia con Lija 4-ever, es un joven director sueco a quien Ingmar Bergman considera ya “un maestro”

Una chiquilla que adora a Britney Spears y vive en un estado de la ex Unión Soviética, termina “vendida” en el mercado de la prostitución de Suecia. Se llama Lilja y es la protagonista del tercer largometraje de Lukas Moodysson, director sueco a quien el propio Bergman considera ya “un maestro”. Después de los adolescentes de Fucking Amal, Moodysson ha firmado con Lilja 4-ever una película durísima y poética dedicada a los millones de niños que en todo el mundo se ven obligados a vender su cuerpo a los adultos.

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Una acusación contra su país, considerado uno de los más democráticos y civilizados del mundo.
“Sí, en parte es una acusación contra Suecia, pero la historia de Lilia 4-ever se ubica en el “mercado libre” creado a partir de la caída del comunismo, en el que todo se puede comprar y vender. He querido mostrar la brecha, la distancia que hay entre los países considerados libres y ricos y los que son pobres. Todos somos miembros de la Unión Europea, pero todos estamos haciendo lo posible por cerrar nuestras fronteras”.

En la desesperación de estos adolescentes abandonados y traicionados por los adultos hay una visión casi dickensiana. ¿Estamos retrocediendo en el tiempo?
“¡Lo de Dickens es una comparación interesante! No hemos retrocedido, siempre ha habido lugares en los que se vive con una ausencia total de esperanza. La película está rodada en Estonia, pero podría suceder en muchos otros lugares.”

Sus tres películas narran el mundo de los jóvenes. ¿Qué le atrae de los adolescentes?
“No lo sé, me resulta fácil mirar las cosas a través de sus ojos. Su mundo está lleno de fantasía, sueños, maldad.”

La película se divide en dos partes, la primera en la ex Unión Soviética y la segunda en Suecia, pero parece que Suecia resulta ser peor para la joven protagonista.
“En la película hay dos personajes que me gustan y uno por el que tengo una cierta simpatía, Lilia y su pequeño amigo Volodia. En la parte sueca nadie es bueno...”

El personaje al que le tiene simpatía, el hombre que le paga a Lilia sólo por cogerle la mano, me parece un personaje que tiene una fuerte deuda con los protagonistas de las películas de Bergman. Considerando que el maestro sueco ha dicho que usted es una gran promesa del cine sueco, ¿qué tipo de relación tiene con Bergman?
“No se puede prescindir de Bergman, es una presencia demasiado fuerte, aunque se hagan películas contrarias a su cine. Te influye, pero no conscientemente. No es mi fuente principal de inspiración, si bien debo decir que me siento muy cercano al personaje de Alexander en Fanny y Alexander”.

¿Cuáles son entonces sus fuentes principales de inspiración?
“Al principio eran Lynch, Polanski y películas como Alien y Blade Runner. Quería incluso hacer una película que salpicara, llena de violencia, pero al final hice Fucking Amal. Hoy amo a Ken Loach, Mike Leigh y Gianni Amelio. Y sobre todo a Tarkovski”.

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