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Philippe Lioret • Director

"Los chicos viven como animales domésticos"

por 

- Encuentro con un cineasta lleno de humanidad, que trata en su sexto largometraje un tema candente en la sociedad

Premio al Mejor Director y Mejor Guión en San Sebastián (1993) con su primer largometraje En tránsito, Philippe Lioret ha realizado desde entonces Tenue correcte exigée (1997), Mademoiselle (2001), El extraño (tres nominaciones a los César 2005 dentro de las categorías de actor, actriz secundaria y música), Je vais bien, ne t'en fais pas [+lee también:
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(César 2007 a la mejor actriz y mejor actor secundario, nominada también dentro de las categorías a mejor película, director y guión). Nos reunimos con él en París para evocar la génesis de Welcome [+lee también:
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Cineuropa: ¿Qué le hizo interesarse por la situación de los inmigrantes que intentan atravesar el Canal de la Mancha desde Calais?
Philippe Lioret: Una simple discusión. El tema era fuerte, había toda una dramaturgia detrás y tenía que conocer ese lugar. He descubierto lo inimaginable, los chicos viven como animales domésticos, el trabajo de los voluntarios... Fue como recibir una bofetada: era un tema candente. Me preguntaba si tenía el derecho de inspirarme en algo que desgraciadamente es una forma de miseria humana para una película de ficción que sería incluso comercial, pero los voluntarios pensaron que una película de cine quizás podría tener más impacto que todo lo que se había escrito y filmado como documentos televisivos, todo lo que se ve en los medios de comunicación en medio de una avalancha de información.

¿Cómo ha encontrado el equilibrio entre los aspectos documentales y la estructura romántica de la película?
Siempre parto de los personajes. En Calais conocí a los inmigrantes, especialmente a un joven de 17 años que quería encontrar a su novia en Inglaterra. Porque no se trata solo de emigración económica y política, son muchos los que quieren reunirse con su mujer, un padre, un primo. Pero todos están en una situación grave. Luego me enteré de que esos chicos intentaban cruzar el canal a nado. He fundido dos en uno, y después me encontré con el marido de una voluntaria, un hombre un poco cansado de la vida que su pareja llevó y me sirvió de inspiración para otro personaje principal. A partir de ahí, escribí el guión junto a Emmanuel Courcol.

Simon, el monitor de natación, es un personaje muy poco interesado inicialmente por la situación de los inmigrantes.
Él es como muchos de nosotros, un poco como yo: todos nos miramos diciendo que es lamentable, incluso "asqueroso", pero no hacemos nada. En un principio, no ofrece su ayuda por compasión, solo lo hace para demostrar a su mujer que es capaz de involucrarse e incluso más que ella. Y va más allá. Tendrá lugar un encuentro humano con un muchacho y se establecerá un vínculo entre lo fraternal y lo filial. Pero termina en una posición muy delicada ante la ley y el artículo L622-1 (asistencia de personas en situaciones irregulares), con el que los voluntarios son muy cuidadosos, porque saben que se les quiere acorralar con el pretexto de que cuanto más se ayude a los inmigrantes ilegales, más vendrán, algo que es un absoluto disparate. Y cuando vemos cómo registran a muchas personas al alba para comprobar que no acojan a nadie en situación irregular, esto tiene indicios serios de nazismo.

¿Por qué ha querido rodar en Calais?
Económicamente hablando, para una película de este tipo, bastante cara porque hubo muchas noches, muchos extras y once semanas de rodaje, el presupuesto hubiese sido más fácil de ajustar si la hubiésemos rodado en un puerto rumano. Pero no era posible: la identificación y la personificación no eran lo suficientemente fuertes como en otros lugares. Por otro lado, cuanto más avanzas en esta profesión, menos falseas la realidad. Y tengo la suerte de haber encontrado en el productor Christophe Rossignon, un auténtico cómplice.

La prensa ha acercado Welcome al cine de Ken Loach.
Estoy encantado porque Raining Stones o Riff-Raff son dos películas fundamentales para mí. Pero tengo otras tantas influencias, como por ejemplo Mizoguchi o Arthur Penn con Georgia (Four Friends).

¿Qué se siente al estar su película nominada al Premio Lux del Parlamento Europeo?
Me siento orgulloso por la película al ver que un importante organismo europeo se identifica con este tema, especialmente cuando la demanda de modificación del artículo L622-1, rechazado en Francia, está ahora en el circuito de la Corte Europea de Justicia.

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