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Michelangelo Frammartino • Director

“Una película político sobre el vínculo entre hombre y naturaleza”

por 

- Entrevista con el director italiano tras la presentación de Le quattro volte en la Quincena de los Realizadores de la edición 2010 del Festival de Cannes

La gestación de la coproducción de Italia, Alemania y Suiza Le quattro volte [+lee también:
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, de Michelangelo Frammartino (que en Italia será distribuida por Cinecittà Luce a partir del 28 de mayo – leer más), ha sido muy larga. “Hemos tardado casi cinco años en rodar, desde el momento en que hemos tenido muchos problemas. Hemos vuelto varias veces a Calabria, donde está ambientada, para grabar el mismo árbol en estaciones distintas”. Un gigantesco abeto, que es además uno de los protagonistas de esta extraordinaria película, junto a un viejo pastor, una cabra y un montón de carbón.

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La naturaleza tiene un papel fundamental en tu película, que ha sido seleccionada como parte de la Quincena de los Realizadores de Cannes.
Michelangelo Frammartino: Es una película sobre el vínculo entre hombre y naturaleza. El cine es uno de esos instrumentos con los cuales el hombre se considera el centro de todo. Y entonces el cine tiene que dejar al hombre menos solo. Hemos intentado que salga a la superficie algo que normalmente se queda en un segundo plano en el cine y la cultura: los animales, las plantas, los objetos. En el plano secuencia central de la cinta conquistan la escena, a la búsqueda de una nueva alianza con el hombre, de un nuevo equilibrio.

Por tanto la historia es narrada a través del entorno, por la imagen en sí.
El reto de la película estaba en tener un personaje peculiar, invisible. Hay cuatro protagonistas, el pastor, la cabra, un árbol y el carbón, pero en realidad el protagonista de verdad es un alma, hemos grabado cuerpos para comprender esta presencia. Es una película de superficie, pero con la obstinación y la convicción de que la cámara pueda captar la esencia.

¿Podrá el público captar esta esencia?
La película está compuesta por imágenes sencillas, casi primitivas. Hay que esforzarse en mover la cabeza, buscar los trozos de la imagen, hay que transformarse un poco en director para crear tus propias panorámicas, o incluso montador para juntar las escenas. La película la tiene que “terminar” el espectador, es él quien tiene que asumir esta responsabilidad.

Calabria está llena de contradicciones. Has elegido algunas de ellas.
Sí, se te alejas de la costa encuentras tradiciones muy antiguas y fascinantes. Si preguntas a los habitantes de Alessandria por qué celebran la fiesta del árbol, te responden “se ha hecho siempre”. El sentido está escondido, es algo que tienes que buscar.

También están los elementos vinculados a la modernidad.
Puedes trabajar un tema o trabajar a través del lenguaje, modificándolo, mediante el cual puedes asimismo “denunciar”. Porque algunas dependencias del público son causadas por lenguajes aparentemente inocuos. Hay quien se ocupa de política y televisión que está convencido de que el espectador sea un niño que llevar de la mano. Considero a Le quattro volte una película política porque obliga al espectador a tomar decisiones.

¿Es difícil financiar una película como la tuya?
Al principio quería evitar la financiación pública, armando la producción a partir de cuotas, con festivales, universidades. Pero la gran duración de la preparación ha obligado a que una parte importante de la financiación sea pública. Hemos puesto juntos muchos ladrillos. Los productores han sido muy valientes. El presupuesto final ha sido de casi un millón de euros.

¿Cuál es tu próximo proyecto?
Estoy trabajando con la productora italiana Vivo Film en una película de animación, la historia de un niño desde 1978 a 1981, un periodo crucial de la historia italiana, el del llamado “reflujo”. Después de tantos años de manifestaciones, la sociedad se encerré en casa y conoció una nueva dimensión a través de la televisión.

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