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Béla Tarr • Director

Simple y puro

por 

- El realizar húngaro Béla Tarr ganó el Oso de Plata en la edición 2011 de la Berlinale con su último trabajo, The Turin Horse. Ha hablado sobre su poética y por qué piensa dejar el cine

Cineuropa: ¿De dónde sacaste la idea de empezar la película con una anécdota sobre Nietzsche y cómo fue el proceso de escritura?
Béla Tarr:: [Mi guionista habitual] László Krasznahorkai estaba leyendo algunos fragmentos de su obra durante una noche en el teatro en 1985 y al final leyó la historia de Nietzsche que termina con esta pregunta: ¿Qué pasó con el caballo?” La pregunta me emocionó. Hablé con Laszlo y escribió una pequeña trama. Así que el caballo tiene un dueño, que quizás esté tan hambriento como el caballo. Tiene un hija y alguien se está cayendo de este triángulo. Cuando uno de ellos está fuera, la relación se termina. Es muy sencillo. Pero eso era en 1990, mientras hacíamos Satantango, así que lo dejamos de lado. Entonces, tuvimos una gran crisis durante el rodaje de The Man from London [+lee también:
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y durante todo un año intentamos sacar adelante la producción. Fue muy duro para mi. Laszlo fue muy generoso y escribió el guión de The Turin Horse [+lee también:
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. Era un texto en prosa. No necesitamos convertirlo en un guión. Teníamos el concepto y la estructura dramática. No necesito un guión. Cuando estábamos buscando financiación, mandábamos ese texto a todo el mundo.

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¿Cómo inicias el proceso de realización de un largometraje?
Cuando haces una película, no teorizas. Busco localizaciones. Un lugar tiene una cara – es uno de los protagonistas. Encontré este pequeño valle en Hungría y el árbol solitario. No había una casa, así que la construimos. Odio los platós artificiales, así que hicimos una casa de verdad con piedras y madera. También construimos el pozo y el establo.

Es tu película más oscura. ¿Por qué has decidido hacerla así?
The Turin Horse es sobre el peso de la existencia humana. Cómo es difícil llevar tu vida diaria y la monotonía de la vida. No quería hablar sobre la mortalidad o algo general. Queríamos ver lo difícil y terrible que es tener que ir cada día al pozo a recoger agua, en verano, en invierno... Siempre. La repetición diaria de la misma rutina hace posible mostrar que algo va mal en su mundo. Es muy simple y puro.

¿Sientes tú también este peso? ¿Es esa la razón para dejar el cine?
No. Todas las películas que nosotros [Tarr y sus colaboradores habituales Krasznahorkai, Ágnes Hranitzky, Fred Kelemen y Mihály Vig] hemos hecho forman parte de un largo proceso. En mi primera película comenzamos por mi sensibilidad social y quería cambiar el mundo. Entonces me di cuenta de que los problemas son más complicados. Ahora puedo decir que es bastante pesado y no sé qué se avecina, pero veo algo muy cerca – el final. Antes del rodaje sabía que esta sería mi última película.

¿Cuál es el libro que los gitanos dan a la hija?
Es la anti-biblia. Es sobre cómo los sacerdotes cierran las iglesias porque la gente peca. Tenemos que cerrar las iglesias. Tenemos que destruirlas. En el texto que la hija lee hay algunas referencias a Nietzsche, pero el texto es un original de Krasznahorkai.

El visitante es claramente un persona de Nietzsche, a juzgar por su monólogo.
Es una especie de sombra de Nietzsche, teníamos que mostrarlo, pero tenía que diferir de Nietzsche. Nuestro punto de partida fue la frasse “Dios ha muerto”. Este personaje dice: “Hemos destruido el mundo y es también culpa de Dios”, que es distinto de lo que dijo Nietzsche. La clave es que la humanidad, todos nosotros, incluido yo, somos responsables de la destrucción del mundo. Pero hay una fuerza por encima de los hombres – la tormenta que sopla a lo largo de toda la película – que está destruyendo el mundo. Así que tanto la humanidad como una fuerza superior están destruyendo el mundo.

¿El final de la película responde a tu visión del apocalipsis?
El apocalipsis es un gran evento. Pero la realidad no es así. En mi película, el final del mundo es muy silencioso, muy débil. Así que el final del mundo se acerca como lo veo en la vida real – lenta y silenciosamente. La muerte es casi siempre la escena más terrible y cuando ves a alguien morir – un animal o una persona – es algo terrible. Y lo más terrible es que parece que no ha pasado nada.

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