29/11/2011 - Fernand Melgar presentó su polémico documental Vol spécial, sobre la inmigración ilegal en Suiza, en el 49° festival de Gijón

La inmigración clandestina toca muy de cerca al realizador suizo Fernand Melgar, autor del documental Vol spécial [+lee también:
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tráiler
ficha de la película], presentado en agosto en Locarno y que la semana pasada ha sido proyectado a concurso en la 49ª edición del Festival Internacional de Cine de Gijón. Melgar nació en 1961 y con apenas dos años emigró con sus padres de manera clandestina a Suiza desde Tánger, donde a su vez se habían mudado sus abuelos, procedentes de Ronda, en busca de un futuro mejor. “La migración es algo que ha ocurrido desde que el ser humano existe”, apunta Melgar, “solo que ahora una serie de grupos políticos han hecho, a través de mentiras, que parezca el problema número uno de los suizos”.

Vol spécial trata un tema delicado, sin duda, como son los centros de detención para inmigrantes ilegales, donde van a parar personas cuyo único delito consiste en no haber regularizado su situación. No es de extrañar que se haya visto rodeado de controversia desde el principio, aunque la primera polémica nació de manera totalmente inesperada: el productor portugués Paulo Branco la calificó de “fascista” en Locarno. Un juicio difícil de comprender viendo este documental y oyendo a este director, inequívoco en su punto de vista sobre la inmigración sin pretender que su opinión contamine todo el metraje. “El espectador tiene que poder pensar por sí mismo. Por su función social, para un documental es importante informar y mostrar lo que pasa”, recalca.

“Hoy día hay una guerra sorda contra la inmigración clandestina en Europa. En muchos países la han elevado a la categoría de crimen. Europa está cerrando sus fronteras, hasta convertirse en una cárcel, tanto para los guardias como para los detenidos”, denuncia Melgar. “Estos tiempos me recuerdan a los años treinta en Europa. Por ejemplo, en Suiza, la representación del inmigrante, y ni siquiera el ilegal, por parte de un partido político es una rata o un borrego negro. En este país, templo de los derechos humanos, donde se conserva la convención de Ginebra, colgamos por las calles la representación del ser humano como rata”, agrega.

Sin embargo, no todo son sombras en Suiza: “Es un país paradójico, porque puede dar lugar al sistema que muestro en la película, pero al mismo tiempo tiene una gran capacidad de autocrítica. He sido el primer cineasta que ha podido entrar en un centro de detención en Europa y el Gobierno suizo ha financiado una tercera parte de la película”. El origen de ello está, según Melgar, en una característica del sistema político helvético: la democracia directa. “Todas las leyes son votadas por el pueblo, no por un parlamento. Vol spécial forma parte de esa democracia directa, su estilo es el cine directo. Hay que informar a la gente sobre las consecuencias del voto que hicieron en 1994, cuando se criminalizó a los inmigrantes ilegales”, subraya.

Para el futuro, Melgar está trabajando en un documental web: “Nosotros, los directores de documentales, tenemos que ocupar este nuevo espacio que es Internet. Con la tecnología actual, puede verse en todo el mundo con calidad HD y, sobre todo, permite acceder a información complementaria, como por ejemplo qué ha ocurrido con sus protagonistas o dar datos sobre la cuestión suiza y europea”. Sin embargo, tratándose de un medio casi sin explorar, “es bastante difícil; se trata de construir varios niveles en un nuevo lenguaje de comunicación. Hay que pensar en una forma de narración no lineal. No sé si saldrá bien, pero es importante intentarlo, porque representa el futuro de la comunicación”.