29/01/2014 - El productor Luis Miñarro salta a la dirección de ficción con Estrella fugaz, una creativa y desinhibida mirada a la historia española, que compite en Rotterdam

Tras producir a grandes cineastas de la actualidad como José Luis Guerin, Manoel de Oliveira o Apichatpong Weerasethakul, el productor catalán Luis Miñarro ha dado el paso a la dirección de ficción con Estrella fugaz [+lee también:
crítica
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entrevista: Luis Miñarro
ficha de la película], una inventiva ventana al efímero reinado de Amadeo I de Saboya en la España de 1870, que compite por el Tiger Award en el Festival de Rotterdam, en donde ha hablado con Cineuropa sobre su obra.

Cineuropa: ¿Por qué Amadeo I?
Luis Miñarro: Investigando, vi la gran potencialidad que tenía el tema. Un personaje histórico del cual casi no se conoce nada, del que puedes ir de la mano o incluso inventar, y la situación en la que se encontró, que era de alguna manera una caja de resonancia de lo que estaba empezando a pasar en Europa, el inicio de la crisis, y en España, en particular.

Elegirlo entonces no parece gratuito; ¿es una de las razones la crisis actual?
Cobra importancia con ella. Hay quien dice que es una película frívola, un divertimento, de estética camp, pero es muchas cosas más: un vademécum de numerosos artistas pictóricos, musicales, sin olvidar que el sustrato que hay bajo ella es político.

Llama la atención alguna elección tomada, como la del idioma: ¿tiene connotaciones políticas o es un mero recurso estilístico?
No hay una intencionalidad manifiesta salvo la de respetar que cada actor hable la lengua en la que mejor se encuentre. A mí me gusta la idea de convivencia. ¿Por qué esta fijación en que una película tiene que ser en cierto idioma? Es otra libertad que me he permitido, y no está hecha con el ánimo de marcar nada.

¿Ha sido otra libertad que se ha permitido la de pasarse a la ficción entre producción y producción?
Esta película es muy personal, aunque no haya una intención de reflejar mis prioridades cinematográficas. Es como un compendio. De alguna forma, esta película resume indirectamente mi función como productor, que tampoco sé si voy a poder continuar. No porque no quiera, sino por la coyuntura. Tengo muchas dificultades actualmente para seguir manteniendo este tipo de cine. 

¿Como ve la situación actual?
La veo muy complicada: en mi caso, éramos una empresa de seis personas y hemos quedado la mitad. Yo por suerte he conseguido hacer una película que he acariciado desde hace tiempo, pero después seguramente voy a desaparecer, y si la legislación cambia, si la coyuntura es otra, volveré a reiniciarme de nuevo, en otro lugar o en otro país, no lo sé. Lo cierto es que me siento un poco expulsado de mi país. He hecho un gran esfuerzo durante 18 años produciendo cine, con un reconocimiento internacional envidiable. Y en mi país me encuentro que cuando intento distribuir la película tengo todas las puertas cerradas, tengo que hacerlo de cualquier manera, encontrando un pequeño distribuidor, creándolo yo mismo.

¿Entonces, sus próximos proyectos?
En paralelo, estoy como productor en la próxima película de Naomi Kawase (Still the Water). En ese proyecto ya estaba involucrado antes del momento actual, por lo que he podido llevarlo adelante, pero a partir de ahora, a nivel de producción no voy a poder hacerlo en ningún otro, aunque me gustaría. Como director tengo un proyecto personal, una revisitación del mito clásico de Salomé, a partir de Oscar Wilde y de Richard Strauss, actualizándolo e introduciéndolo en el ejército americano en Irak. Es un proyecto difícil, pero que me gustaría hacer en mi próxima andadura como director. Sobre si lo voy a hacer en el 2015 o en el 2017, honestamente no tengo ni idea.