email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

Ole Giæver • Director

“Para estar presente en el mundo, hace falta primero estar presente en uno mismo”

por 

- Cineuropa ha hablado con el noruego Ole Giæver, director de Out of Nature, presentada en el Festival de Toronto

Ole Giæver  • Director

Mot naturen (Out of Nature) [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Ole Giæver
ficha de la película
]
 es una de las tres películas noruegas que acaban de participar en el Festival de Toronto, junto a Miss Julie [+lee también:
tráiler
entrevista: Liv Ullmann
ficha de la película
]
 de Liv Ullmann y 1001 Grams de Bent Hamer. El punto de partida de esta comedia dramática es un hombre que se va solo, a pie, a vivir en plena naturaleza. Ole Giæver, el director (con Marte Vold) de esta cinta, es originario del norte de Noruega, pero ha sido en Oslo en donde Cineuropa ha hablado con él.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Cineuropa: Usted es también el actor principal y guionista de su segundo largometraje.
Ole Giæver:
Es un desafío que me propuse. Me han hecho falta dos años para llevar el proyecto a buen puerto, desde la escritura de la sinopsis a la posproducción, con el apoyo del Instituto Noruego de Cine y la participación de colaboradores en los que confío plenamente: el director de fotografía Øystein Mamen, el compositor Ola Fløttum, y la montadora Frida Michaelsen, entre otros. Comparten mi visión de las cosas. Mi papel habitual como director consiste en ayudar a los actores a evolucionar sin temores en su propio espacio, a atreverse a entregarse al completo. Ha sido necesario perder esta mirada desde el exterior para ser actor. Pero todo estaba minuciosamente preparado por anticipado por el equipo, cada plano, cada escena: una preparación indispensable para que pueda rápidamente abandonarme y ser plenamente Martin.

¿Han tenido también lugar la flexibilidad y la disponibilidad en este trabajo creativo?
Absolutamente. Más que mis otras películas, esta ha sido creada a lo largo de los días, y el guion original difiere mucho de la versión definitiva. En particular he modificado mucho la voz en off, el monólogo interior de Martin, este flujo de conciencia que puntúa ciertas secuencias. Además, al final del día nos tomábamos algún tiempo para lo imprevisto: es así como la rana ha encontrado su lugar en la película de manera completamente natural.

¿Tiene Mot naturen  puntos en común con su ópera prima Fjellet (The Mountain)?
Sí, así como con mi cortometraje Sommerhuset (Summers past). En ellos vemos seres humanos en callejón sin salida tras un fracaso, una experiencia traumática. Se sienten obligados a cambiar. El problema es que su entorno no va necesariamente a su mismo ritmo. Y entonces hay un desfase.

¿Mot naturen, por qué ese título?
El título noruego es voluntariamente ambiguo. Evoca a la vez un movimiento, un impulso hacia la naturaleza y también la resistencia de un personaje que, tanto literal como figuradamente, evoluciona de alguna manera en contra de la naturaleza. El título noruego inicial, en el que la palabra “naturaleza” también figuraba, hacía pensar demasiado en un documental, lo que no es mi película. Es una ficción.

¿Únicamente? Martin tiene su cara, su cuerpo...
Siempre me he sentido cercano a él, es verdad. Durante la fase de escritura pensaba a menudo en sus gestos, en su mímica. Todo esto era claro y evidente para mí. He hecho una versión piloto con otro actor, pero no era en absoluto lo que quería. La productora de la cinta, Maria Ekerhovd, que dirige la compañía Mer Film, y también mi mujer, la actriz Marte Magnusdotter Solem, la esposa de Martin en la cinta, me animaron a quedarme con el papel. Esto aumentó mi confianza y mi energía. Como director he sabido aún así guardar mis distancias cuando hacía falta, por el sesgo, entre otros, de la mirada irónica que podía insertar en ciertas escenas, y también gracias al humor que espontáneamente nacía de las situaciones y los personajes. 

La naturaleza juega su papel, también.
Evidentemente, pero, como la música de Ola Fløttum, no se contenta solo con ser una figura pasiva. Fløttum quería antes de nada adaptar la musicalidad propia de la película, impregnarse de su poesía y darle importancia. Del mismo modo la naturaleza, a la vez consuelo y amenaza, está ahí para reforzar su dramaturgia. Tiene el derecho a ser fea y cruel.

¿Es entonces una catalizadora?
Es sobre todo un escenario en donde nos enfrentamos a nosotros mismos. En la ciudad nos distraemos muy fácilmente. La naturaleza nos permite llegar a lo profundo, y como decía Nietzsche: “Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti”.

¡Es espantoso!
Efectivamente, nos abandonamos a nosotros mismos y nos volvemos por ello vulnerables, pero es un desafío del que salir airosos. La naturaleza puede ayudarnos a convertirnos en mejores seres sociales. Esto exige coraje, ya que para estar presente en el mundo, hace falta primero estar presente en uno mismo.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del francés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Lee también

Privacy Policy