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Daniel Ziskind • Productor, Film Clinic

"Espero ver a un cineasta árabe seleccionado en las próximas ediciones de Berlín, Cannes y Venecia"

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- Cineuropa ha hablado con el productor, basado en París, Daniel Ziskind, quien ha sido designado como el representante europeo de la productora egipcia Film Clinic

Daniel Ziskind  • Productor, Film Clinic

Con su larga experiencia trabajando con Egipto, Daniel Ziskind contribuirá al fortalecimiento de los lazos entre la casa productora basada en el Cairo, Film Clinic y sus socios europeos. Ziskind, quien estará a cargo de las coproducciones y ventas en Europa, es un miembro activo de MEDIS –la red de distribuidores y profesionales de la industria que operan en el Norte de África, el Medio Oriente y el Golfo— así como miembro de la Cinémathèque française y el European Producers Club.

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MohamedHefzy, de Film Clinic, ha estado produciendo algunas de las más frescas e innovadoras películas árabes que han emergido en años recientes. El primer proyecto de Ziskind, en el marco de la compañía productora, es el controversial thriller Clash, de Mohamed Diab (ver noticia). El segundo largometraje escrito y dirigido por el cineasta egipcio comenzará pronto a rodarse en el Cairo. 

Cineuropa ha hablado con Ziskind para conocer su opinión sobre el cine árabe.

Cineuropa: En tu opinión, ¿cómo de importante es para las audiencias europeas tener acceso a productos culturales árabes –especialmente aquellos que tratan temas relevantes, como Clash– dado que se encuentran, de manera regular, expuestos a la visión bastante negativa del mundo árabe ofrecida por los medios occidentales?
Daniel Ziskind: Debemos escuchar al mundo árabe y a su cine, porque lo que la política no puede lograr, la cultura y el cine pueden. Estoy consternado por el pesimismo que afecta a parte de la industria cinematográfica en Europa, en estos tiempos de introversión y temor al otro, pero lo que me sorprende aún más es la fuerte determinación de una nueva generación para hacer películas progresistas que le hablen a todos. Tenemos mucho que aprender de estos cineastas, y ellos necesitan nuestro apoyo.

Clash aborda un tema poderoso: junta a activistas a favor y en contra de la Hermandad Musulmana, a liberales, a gente pro-armada y gobierno, a un periodista estadounidense y a una familia egipcia promedio que no entiende nada de que lo sucede en su país, y los obliga a interactuar entre ellos, lo que resulta en un tema que es relevante para cualquier país atravesando cambios profundos.

Quiero luchar contra la imagen negativa que es presentada en algunos medios de comunicación y que son únicamente el reflejo del miedo al otro. Viniendo de varias culturas, yo mismo, y contando con una educación muy abierta, creo en la diversidad. El cine puede y debe hablarle a todos. La audiencia europea es muy abierta a todo tipo de culturas y no es ingenua. La imagen negativa del mundo árabe, maquinada por grupos de presión y medios de comunicación no pueden evitar que este tipo de cine exista.

A lo largo de su carrera como productor, siempre has tomado decisiones muy radicales, ¿cuáles, en tu opinión, son los beneficios de tratar temas altamente controvertidos de forma tan inusual?
El cine es una gran herramienta para concienciar, aun cuando cuente historias muy simples; hablar de un evento trágico es ya una elección radical. En estos momentos me encuentro trabajando en un proyecto que espero anunciar junto con Film Clinic en Cannes, es una comedia que ocurre en Palestina. La comedia es una manera muy efectiva para tratar asuntos serios y, además, se exporta muy bien.

Has estado trabajando estrechamente con Egipto; ¿consideras que tu trabajo está enfocado en construir un puente cultural entre Francia y Egipto, o más bien, entre Europa en general y el mundo árabe?
Ahora han empezado a llamarme “Sr. Cine egipcio”. He estado leyendo guiones egipcios durante 11 años, pero en los últimos dos años he notado un cambio real. Los guiones se han vuelto más exportables, sin embargo, sin coproducciones con Europa, algunos filmes no pudieron hacerse y, desgraciadamente, no pudieron cruzar fronteras. Egipto es la cuna del cine árabe, y Europa tiene un papel que desempeñar.

Permanezco al servicio de productores y directores; lo demás es sólo una cuestión de tener una buena agenda y coordinación del tiempo. El puente entre el mundo árabe y Europa sucede por sí solo, ya que un buen guión es una buena historia, sin importar de dónde viene.

¿Ve al cine, o al arte en general, esencialmente como una herramienta política?
El mundo árabe no cuenta con una industria cinematográfica que exporte tan bien como la hindú, la americana o las europeas, y que conecte con todas las culturas. Mi meta es apoyar su cine; estoy convencido que en los diez años que vienen, sobresaldrá y competirá con las grandes producciones occidentales. Espero, ciertamente, ver a un cineasta árabe seleccionado en las próximas ediciones de los festivales de Berlín, Cannes y Venecia.

Veo al cine como un placer y, como ávido espectador, quiero tener la oportunidad de ver en el cine películas de todos los países. En cuanto a la diferencia que esto puede hacer, si es capaz de cambiar las mentalidades y prejuicios que se tienen sobre el mundo árabe, entonces sí, veo al cine como una herramienta política.

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(Traducción del inglés)

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