13/07/2016 - El italiano Michele Placido habla de su nueva película 7 Minuti, drama totalmente femenino coproducido por Italia, Francia, España y Suiza

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entrevista: Michele Placido
ficha de la película], de Michele Placido, una coproducción entre Italia, Francia, España y Suiza que distribuye la alemana Koch Media. Encabezan el reparto Cristiana Capotondi, Ambra Angiolini, Fiorella Mannoia, Maria Nazionale, Ottavia Piccolo, Violante Placido, Sabine Timoteo, Anne Consigny, Mimma Lovoi, Clémence Poésy.

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La película es una adaptación de la obra teatral homónima de Stefano Massini, autor asimismo del guion junto con Placido de esta historia de 11 mujeres trabajadoras llamadas a servir en una negociación laboral cuando los propietarios de su empresa textil ceden una parte de su conglomerado a una multinacional. En poco tiempo, tendrán que decidir, por el bien suyo y del resto de colegas, si aceptan la propuesta de la nueva propiedad. Estuvimos con el director en las Jornadas Profesionales Ciné 2016 de Riccione.

Cineuropa: Andrea Occhipinti, presidente de los distribuidores reunidos en la asociación Anica, ha declarado aquí, en Riccione, que el cine italiano es poco exportable y sigue fórmulas repetitivas. Su película es un intento de demostrar lo contrario.
Michele Placido: Esperemos que la película se estrene a la vez en los países que la han coproducido, esto es, además de Italia, España, Suiza y Francia. La exportabilidad del cine italiano depende del productor y del director. Algunos invierten pensando que la película tiene que tener también socios europeos como garantía de distribución más allá de las propias fronteras y así involucran a otra gente en el tema del film. La oportunidad de dirigir 7 minuti me la concedió el autor teatral Stefano Massini, neodirector del Piccolo Teatro de Milán, con quien tengo otros proyectos futuros en los que participa Cattleya. Él tiene una escritura contemporánea y europea y esta película ha sido vista por una empresa interesada en títulos que tienen potencial para circular en el extranjero. El 95% de las películas de 01 y Medusa, aun siendo buenas películas, no salen de Italia porque no hay una verdadera planificación al respecto.

¿Por qué ha optado por afrontar un tema tan actual y a la vez difícil como éste?
Me gustó mucho el texto de Massini, para el que se inspiró en 12 hombres sin piedad, escrito por Reginald Rose y dirigido por Sidney Lumet en 1957. En esta película, once personas eran llamadas para decidir la suerte de un hombre: inocente o culpable. Tanto en su obra teatral como en mi película, hay, en cambio, once mujeres, muy distintas entre ellas, que deben decidir el propio destino en la fábrica mientras, fuera, hay otras 400 compañeras que esperan respuesta. Me inspiré en un hecho que aconteció realmente en Francia hace unos años y es un tema realmente candente. Hay que volver a humanizar el trabajo porque no es justo ser esclavos de él.

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Hay que partir de la idea de la película. Para Ladrón de bicicletas, Zavattini sugirió a De Sica una idea estrepitosa sobre un hombre que busca trabajo. La idea de Massini es potente: podían ser once hombres pero Massini tuvo la intuición necesaria para enfrentar a once mujeres, cosa bien distinta. El aspecto ideológico y político se somete a la esperanza y a la vitalidad expresada por estas mujeres, porque la mujer es portadora de esperanza de manera natural; hay un espíritu de supervivencia fuerte, como me hizo notar una de las protagonistas, Cristiana Capotondi. En 7 minuti, no cabe duda de que hay referencias a los temas que el cine italiano abordó en el pasado: por ejemplo, Giuseppe De Santis, que habló en Arroz amargo de las trabajadoras en las arrocerías, y Roma a las 11, donde, después de un anuncio de trabajo en un diario, se presentan 200 chicas en una dirección para pelear por un puesto de dactilógrafa.

Técnicamente, ¿cómo optó por rodar este drama social tan rico en suspense?
La filmé como si fuera una película de acción. El director de fotografía, Arnaldo Catinari, utilizaba tres cámaras. Lo hicimos como en Vallanzasca [+lee también:
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ficha de la película]: con las cámaras siempre en movimiento y primeros planos insistentes de los rostros de las protagonistas. Fue todo un desafío dirigir a once mujeres, la mayoría actrices con mucho oficio a sus espaldas, y reunirlas en un papel distinto al que estaban acostumbradas, para el que deben echar cerebro e instinto. Rápido entendí que tenía que dejar una amplia libertad a estas mujeres. Fiorella Mannoia, gran cantante que logra crear un contacto especial con el público de los conciertos, demostró tener un rostro y un cerebro extraordinariamente cinematográficos.

(Traducción del italiano)