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Juraj Lehotský • Director

“Ambos enfoques, ficción y documental, se superponen en mi trabajo”

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- KARLOVY VARY 2017: Cineuropa estuvo con el director eslovaco Juraj Lehotský para hablar de Nina, su mezcla de documental y ficción y su narrativa a partir del punto de vista de un niño

Juraj Lehotský • Director

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, en la competición East of the West del festival internacional de Karlovy Vary. Cineuropa charló con él sobre su estilo, mezcla de ficción y documental, y la manera en que ha usado el punto de vista de un niño para montar toda su narrativa.

Cineuropa: Varios de sus colegas y compañeros con experiencia en el documental se han pasado al cine de ficción. ¿Qué le llevó a seguir esta tendencia?
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de una manera distinta y distanciarme del método estándar de cabezas que hablan frente a la cámara, así que intenté montar una historia a partir de un estilo indirecto dentro de la narrativa, con protagonistas que pudieran vivir esas vidas, tal y como ocurre en el cine de ficción. Esa era la forma que tenía en mente cuando empecé a cambiar hacia una forma de hacer cine más parecida a la ficción. Me gusta crear nuevos mundos y nuevos personajes; intento darles vida y eso sólo puede hallarse en la ficción. Atención, es verdad que todavía estoy muy próximo al cine documental: tiendo a llevar a cabo muchas observaciones antes de montar una historia e intento encontrar y probar gente de la vida real para los papeles protagonistas. Ambos enfoques, ficción y documental, se superponen en mi trabajo.

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a partir de una perspectiva infantil, igual que usted. ¿Por qué optó por el punto de vista de una niña?
A Marek Leščák y yo se nos ocurrió el tema: una niña que se convierte en rehén de su familia, atrapado entre unos padres que viven por y para sí mismos, egotistas e hirientes sin parar. Mi intención era filmar una especie de inmersión en esta situación, este estado o fase de la vida de un niño e intentamos averiguar cómo se comportaría una niña en semejante coyuntura, cómo lo percibiría o qué se nos escapaba a nosotros, adultos. La historia también incluye motivos como el perdón y quería evitar las moralinas en aras a ofrecer una historia en que el espectador pudiera contemplar si podemos perdonar y cómo abandonamos emociones negativas para empezar de cero. La cinta tiene dos partes: una es sobre los sentimientos de la niña; la otra intenta enfrentar a un espejo a los padres, quienes fácilmente pueden hacer a menos sobre los matices de la percepción de un crío en una situación difícil como esta.

Una especie de vínculo intertextual podría trazarse entre sus películas: Amores ciegos, Miracle y Nina. ¿Pretendía usted crear una especie de tríptico o trilogía?
Es verdad que comparten algo: el desarrollo personal. Hasta cierto punto, todo mi cine refleja momentos en mi vida pasada o presente: en Amores ciegos era el enamoramiento, en Miracle era el nacimiento de un niño y Nina no va tando de un crío como de sus padres, de cómo nos damos cuenta de qué es lo más precioso de la vida y cómo puede escapársenos.

¿Por qué el estilo documental es tan importante para usted?
La cámara sigue a la protagonista, Nina, y sentí que necesitaba una cámara de mano, espontánea. También sabía que el entorno en que la historia está ambientada debía ser auténtico. Creo que la cámara también tiene su estética distintiva, aunque no me gusta mucho la estilización en este tipo de cine. Personalmente, no me gusta sentir ningún tipo de exhibicionismo o manierismo desde detrás de la cámara porque nos distrae de la esencia de la película.

Nina, originalmente, iba a ser Erik. ¿A qué se debió el cambio de sexo?
Correcto. Al principio iba a ser un chico. Al acabar el guion, Marek Leščák me vino con la idea de cambiar el sexo de la protagonista. Me llevó un minuto procesarlo, hasta que concluí que era una buena idea. Pensé que la historia sería más frágil y una chica aislada en una familia conllevaría un elemento más distintivo, poderoso y apurado que un chico. Una chica nadadora me pareció más original, menos sometida al cliché. El cambio del guion brindó una nueva luz. Por supuesto, tuvimos que reescribir algunas partes, aunque algunas de las características del chico encajaban de manera interesante con la nueva protagonista.

¿Cómo fue precisamente el trabajo de cásting?
Me sorprendió encontrar a Bibiana Nováková a través de una empresa de cásting, ya que normalmente sólo ofrecen un tipo de niño ideal para anuncios o cuentos. Nos apremiaba el tiempo, de hecho; la fecha de comienzo del rodaje dependía en cierta medida de que encontráramos a la chica. Entonces vi a Bibiana, en una sesión de cásting, y sentí que podía entenderse conmigo, aunque sobreactuaba un poco. Al cabo de unos días, descubrí que era una buena elección porque era altruista y resistente y disfrutaba con el trabajo. Espero que el público aprecie su interpretación tanto como yo.

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(Traducción del inglés)

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