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Jan Speckenbach • Director

“No cabe duda de que deberíamos encontrar diferentes soluciones en el cine”

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- LOCARNO 2017: El director alemán Jan Speckenbach habla de los estereotipos de género, su proceso de escritura y la amalgama entre realismo e imaginario onírico en su última película, Freedom

Jan Speckenbach  • Director
(© Locarno Festival/Sailas Vanetti)

El director germano Jan Speckenbach ha estrenado a escala mundial su segundo largometraje, Freedom [+lee también:
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, en la competición por el Leopardo de Oro del festival de cine de Locarno. Tras debutar con Reported Missing [+lee también:
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, vuelve a pulsar el botón de la desaparición, esta vez en relación con la noción de libertad. En la película, una abogada de clase media y mediana edad abandona a su marido y a sus dos hijos y su país para empezar otra vida por su cuenta.

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Cineuropa: En Reported Missing, comprobamos que recupera el leitmotif de la pérdida o el desvanecimiento, que también aparecía en el trasfondo de Freedom. Aquí, uno de los personajes desaparece a propósito. ¿A qué se debe esta insistencia?
Jan Speckenbach:
Yo no lo veo como recuperar el mismo leitmotif sino como seguir preguntándose por él. El vacío que uno deja tras de sí crea una necesidad de rellenarlo con sentido, un sentido que aparentemente estaba ausente cuando todo iba bien. Esta situación me parece propicia para establecer un marco dramático. No puedo decir realmente por qué me obsesiona este tema. Tenía el plan de hacer una trilogía sobre la desaparición; según eso, ésta sería la segunda entrega.

¿Cuáles son los orígenes del marco básico de Freedom? ¿Pretendía usted combatir los estereotipos de género?
Es un constructo o una costumbre el decir que el vínculo de un padre es menos fuerte, de igual modo que es un constructo decir que una madre siempre debe amar más a sus hijos que a sí misma. Me interesan estos conflictos de género porque estamos enfrentados a ellos todos los días. Di la vuelta a los estereotipos para examinarlos hasta el extremo. Alguien me dijo: “Una madre no hace eso. Tu personaje es una loca o una cabrona”. Ese apunte me dio la impresión de que estaba contando la historia adecuada. ¿No es también resultado de la emancipación de la mujer tener el mismo derecho que los hombres a largarse? ¿A ser egoístas? ¿A ser proactiva y dejar el mundo que conoce atrás? Yo creo que sí. No lo promuevo pero creo que debería permitirse hablar de estas cosas, cosas que duelen. Hay que hacer cine sobre estas cosas.

La dicotomía entre las Europas occidental y oriental también aparece en su película. ¿A qué se debe?
Si le soy sincero, no conocía Bratislava cuando puse la ciudad en el guion. No fui allí y adapté el guion a su realidad hasta mucho más tarde, cuando Sol Bondy y Jamila Wenske, de One Two Films, encontraron coproductor eslovaco, PeterBadač, de BFilm. Bratislava está a la vuelta de la esquina, como quien dice; está al lado de Austria y Hungría. Sin embargo, es sorprendente lo diferente que parece la atmósfera a primera vista. Bratislava me parece un collage: los diferentes estilos se superponen, como lo viejo y lo nuevo, sin ton ni son. No obstante, cuando uno pasa tiempo allí pierde de vista estas diferencias o no le parecen tan grandes como al principio. Las diferencias, en realidad, desaparecen. Es, ante todo, un lugar europeo, y así es como lo percibe Nora. Una vez que conoce el lugar, tiene que cambiar de aires.

Freedom combina realismo, un enfoque casi documental, un estilo naturalista y algunos toques de realismo mágico. ¿De dónde proviene esta amalgama?
Aun contando con un aspecto documental, para mí era importante trabajar con el director de fotografía Tilo Hauke y la diseñadora de producción Juliane Friedrich para encontrar lugares y luces que resultaran un tanto mágicas, por usar su término. Empleamos iluminación de color bastante a menudo para dar un aspecto realista pero no naturalista de por sí. Nunca pensé en ello como realismo mágico pero me gusta. Tengo la sensación de que el naturalismo se ha convertido en una monocultura en el cine, con el único contraste, una vez más, de la fantasía monocultural y los superhéroes. No cabe duda de que deberíamos encontrar diferentes soluciones en el cine. Normalmente intentamos diferenciar el sueño de la realidad pero mi experiencia es que los sueños suelen mezclarse con nuestras vidas. Nos mantienen despiertos por las noches, nos entristecen, nos impulsan en mundos eróticos, aventureros o surrealistas que nunca nos preocupamos por visitar… Así que me gusta difuminar el límite. El lugar donde termina la realidad y empieza la imaginación es muy abierto porque ambas son reales.

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(Traducción del inglés)

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