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Rungano Nyoni • Directora

"Me interesaba lo difícil que es romper las reglas"

por 

- Hablamos con Rungano Nyoni sobre su primer largo, I Am Not a Witch, que se proyecta en Londres tras su estreno en Cannes

Rungano Nyoni  • Directora

El debut de Rungano Nyoni, I Am Not a Witch [+lee también:
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, que trata sobre una niña que es desterrada a un campamento de brujas en Zambia, fue presentado en la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes. La actriz y directora afincada en Gales habla con Cineuropa sobre sus fuentes e inspiración, la presión de Cannes y el proceso de casting. La cinta participa actualmente en la competición de primeros largometrajes del Festival de Cine de Londres - BFI, y se estrenará el 20 de octubre en el Reino Unido de la mano de Curzon Artificial Eye

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Cineuropa: ¿Que te inspiró para hacer I Am Not a Witch?
Rungano Nyoni:
Lo que me interesaba es cómo la gente impone reglas, por muy absurdas que sean, a otras personas y lo difícil que es romper esas reglas, aunque sean de las que no se explicitan y van ligadas a la sociedad o la tradición. 

¿Tenías claro desde el principio que querías ambientar el film en el pueblo zambiano de Shula?
Sabía que lo ambientaría en algún lugar de Zambia, porque las historias cortas que había escrito, y que uní para hacer esta película, sucedían allí. Había oído hablar de los campamentos de brujas y, de alguna manera, se me ocurrió la idea. No quería hacer una película que tratara sobre Zambia específicamente, pero eso es bastante difícil. No mencionaba la localización, intentaba que no estuviera ligado a ningún lugar, pero no lo conseguía. Quitaba todo lo que tuviera un marcador de lugar. Intenté dotarlo todo de una vaguedad para que pudiera ser un cuento de hadas ambientado en cualquier parte del mundo, pero no creo haberlo conseguido. Así que es como un reflejo de Zambia, pero al mismo tiempo no lo es. 

¿Por qué querías retratar a una protagonista tan joven y llena de vida?
Pensaba que si iba a ambientar la película en un campamento de brujas, ¿qué podría desencadenar un cambio en ese espacio? Además, creo que quizás el que haya alguien más joven que ellas, a quien tienen que cuidar, hace que no estén pensando en ellas mismas todo el tiempo, concienciándolas sobre la injusticia de su situación. 

¿Visitaste los campamentos de brujas?
Sí. Cualquiera es bienvenido en ellos. Fui a varios que hay en Zambia. Son muy desorganizados y dispersos, y los lideran diferentes jefes, así que fui a ver a un jefe que en un momento determinado tenía brujas, pero me dijo que las había liberado porque ya no podía darles de comer. Me enseñó dónde las había alojado y el trabajo que habían hecho para él. Fui a Ghana porque allí tienen los mejores campamentos y los más estructurados, y quería ver qué aspecto tenían. Me quedé en uno de ellos; es como una aldea, pero poblada por mujeres mayores. No tienen nada de extraordinario; es como una aldea africana normal. 

¿Cómo fue la coproducción entre Inglaterra, Francia y Zambia?
No hay acuerdos entre el Reino Unido y Zambia, lo cual complicó las cosas. Conseguimos inicialmente fondos del CNC francés, luego de Film4 y por último del BFI. Fue bastante más complicado de lo que había imaginado. Pensaba que cuanto más dinero, mejor, pero es un asunto complejo, porque todos ellos querían cosas diferentes. El CNC se entromete poco, el BFI es justo al contrario, y Film4 se sitúa en una posición intermedia entre los otros dos; y luego tienes la complicación añadida de rodar en otro país y llevarte el equipo británico. También participaron varios sudafricanos; todos los jefes de departamento eran sudafricanos, y el director de fotografía, colombiano. Los ayudantes y todos los demás eran zambianos, al igual que el reparto, lo cual hizo que todo fuera mucho más difícil. Además, estás rodando en un lugar sin infraestructuras, así que tienes que construirlo todo tú misma y al mismo tiempo tratar de hacer tu ópera prima.

Tuviste el placer y la responsabilidad de ser seleccionada en la Quincena de los Realizadores de Cannes. ¿Cómo fue la experiencia?
Llevar la película a Cannes fue un sueño hecho realidad, pero también sentí una enorme presión. Vi un comunicado de prensa antes del festival que daba una lista de películas que podrían ir a Cannes; no me lo esperaba, y me dije, "¿quién es capaz de hacer eso?" Estaba en mitad del montaje, y me pareció que así aumentaban la presión. Es algo público, todo el mundo lo lee y dice, "I Am Not a Witch podría ir a Cannes". Los anuncios te los esperas, pero no el ruido mediático que generan. Además, cuando proyectamos el film en Cannes, no lo había terminado del todo, así que no lo disfruté tanto; solo ahora me doy cuenta de que tuvo muy buena acogida en Cannes. Estaba muy cansada y desorientada, y acababa de terminar de montar esa versión, así que no estaba todo lo cómoda que me habría gustado... Pero claro, no creo que nadie se sienta cómodo en esa situación.

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(Traducción del inglés)

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