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BERLINALE 2018 Panorama

Diana Toucedo • Directora

“Defiendo los procesos largos de investigación”

por 

- BERLÍN 2018: Con Trinta lumes, presentada en Panorama, la cineasta gallega Diana Toucedo evoca la armoniosa convivencia entre vida y muerte en su tierra natal

Diana Toucedo  • Directora

La montadora y profesora en la Universidad Pompeu Fabra, UAB y ESCAC Diana Toucedo presenta en la sección Panorama de la Berlinale 2018 su nuevo film tras el documental En todas as mans (2015) y varios cortometrajes: Trinta lumes [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Diana Toucedo
ficha de la película
]
, rodado en la región de O Courel (Galicia), con actores no profesionales y la presencia constante de quienes ya no están allí.

Cineuropa: Trinta lumes estuvo presente en la última edición del Festival de Ourense.
Diana Toucedo: Sí, pero fue un work in progress. Fran Gayo, el director del certamen, estaba fascinado por la película y quería apostar por una producción gallega que abriera el festival, y a mí me conmovía mostrar la película a la gente con la que había rodado durante seis años y no sabía qué responder cuando me preguntaban por el film: poder reunir allí a todo el mundo involucrado fue muy bonito. Por eso, la película que se estrena en Berlín no es la misma versión: se cambiaron cosas en montaje y entonces no había postproducción de sonido ni de imagen.

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En agradecimientos de tu película aparecen muchas personas vinculadas al cine gallego.
Creo que el cine gallego está muy vivo. Ha habido muchas productoras locales que me han asesorado y ayudado, estamos en colaboración y conjunción para compartir nuestras obras, cuestiones y dudas varias, y ayuda tener ahí a esa especie de familia apoyando.

Supongo que el rodaje no ha sido fácil…
Nos demoramos casi tres años en gestar la película y, por temas de subvención, tuvimos que plantear la producción a largo plazo. Eso me vino bien porque defiendo mucho los procesos tentativos y de investigación largos, cuando puedes cocinar un vínculo real tanto con las personas con quienes ruedas como con ese entorno al que te aproximas; pues si tienes poco tiempo de investigación… eso se acaba notando en la película. También ayudó para saber quiénes iban a constituir piezas claves o qué elementos de su cotidianidad podían formar parte de la historia: se trataba de ver virtudes en los problemas y limitaciones, pues todo pasa por algo. En cuanto al equipo de filmación, éramos a veces sólo dos personas, y otras veces, cuatro o cinco: al ser tan pocos, eso iba bien a la hora de conseguir cierta intimidad y naturalidad, siendo así nosotros invisibles con las personas que filmábamos.

En tu película conviven documental y ficción de la misma manera que en Galicia conviven los vivos con los muertos…
Exacto. ¡Muy buen símil! Sí, en realidad, yo concibo esta especie de doble etiqueta o categoría genérica no como dos lugares que no se conectan, sino al contrario: como dos lenguajes que, en el fondo, beben o se nutren de una misma raíz. Por un lado, la cuestión de la realidad es muy compleja: en el fondo, tienes que construir una y aproximarte a ella generando un relato, delimitando, a través de una posición de cámara o una distancia, una percepción y generando así otro relato. Tanto documental como ficción no son espacios alejados.

Retratas la intimidad doméstica de las personas, pero también a éstas dentro de la inmensidad del paisaje.
La figura humana, con ese fondo o magnitud natural, era importante de capturar y de plasmar en la película. Me interesa la construcción del espacio y el tiempo en el cine: a la hora de enfrentarse a ese paisaje, tanto humano como geográfico o natural, me cuestionaba cómo crear ese espacio y tiempo cinematográficos: esto fue un gran reto. También eso me llevaba a preguntarme cómo percibimos nuestro alrededor y cómo implicar en la película lo que está presente y oculto a la vez, como sucede en el ámbito familiar: lo visible y lo invisible conviven según el momento. Y, finalmente, cuestionar cómo percibimos el mundo que nos rodea y dónde ponemos nuestro foco y atención.

¿Qué relación hay entre los niños que aparecen con el título del film?
El término lumes se usa en Galicia como definición de fuego, pero tiene más usos, como designar así a una familia, a un hogar, a ese fuego que aún resiste dentro de una casa abierta, en contraposición a las cerradas, que dejan de tener vida. Ese concepto me parecía simbólico y poético y me llevaba a pensar en ese elemento de resistencia, donde aún hay cuestiones no resueltas, como les pasa a los niños, que descubren el mundo. A la vez, habiendo niños, hay resistencia: una vida que continúa, unas tradiciones que se conservan y un tiempo nuevo que traerá luchas con el pasado.

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