25/01/2006 - Afortunado con un buen equipo

La ópera prima de Roland Black Brush ganó el Premio Principal y la Mejor Fotografía en la Semana de cine Húngaro la pasada semana. Tras ganar el premio de Mejor Director en el Festival de cine de Tesalónica, Black Brush se encuentra ahora recorriendo festivales internacionales y será proyectada en Rótterdam.

Eres un director de publicidad y video clips. Fuiste el asistente de Béla Tarr en Werckmeister Harmonies. ¿Cómo te han influido estas experiencias a la hora de hacer tu trabajo?
Roland Vranik: Hacer publicidad y hacer cine son dos cosas muy diferentes. Los anuncios son una buena forma de practicar y coger experiencia mientras las películas son tu propósito, vienen de tu cerebro. Intento buscar alguna influencia en mi trabajo, pero no la encuentro. Tendría que hacer una lista de directores desde Fritz Lang a Jim Jarmush. Las películas que vi me han influido, no hay algo específico que determinara mi envidia para hacer películas.

¿Podrías decirnos cómo lograste hacer Black Brush?
La historia está basada en personas reales que conocí cuando volví de Estados Unidos hace 15 años. Visité a un amigo que estaba estudiando teología y le seguí a él y a sus amigos que estaban trabajando como limpiadores de chimeneas. Cuando decidí hacer mi primera película –y digo esto porque tienes que decidirte a hacerlo- la primera visión que tuve de la historia fueron esos cuatro chicos. Entonces tuve una cooperación muy creativa y fructífera en el guión con mi director de fotografía Gergely Poharnok quien tiene una gran experiencia en cine. Cuando acabamos el guión, le propuse participar a un productor con quien estaba trabajando en los anuncios y tras varios intentos, conseguimos algunos fondos de la Hungarian Cultural Fund y de la Hungarian Motion Picture Foundation – unos120.000 € aproximadamente. Entonces conseguí otros dos grandes productores y vino a bordo un excelente Jefe de Producción, y así es como lo hicimos! Tuve mucha suerte con toda la gente que trabajó conmigo y hizo posible la película.

¿Cómo fue recibida la película en las salas húngaras y en el extranjero?
Los premios que ganamos en la Hungarian Film Week, nos dieron una exposición muy buena pues fue mostrada a directores de festivales extranjeros, críticos de cine y distribuidores. Básicamente aumentó el interés de ambos, Hungría y el extranjero. Entonces trabajó Magyar Film Unio y la película fue invitada a varios festivales como los de Chicago, Vancouver y Tesalónica. Gracias a esto ahora estamos negociando con una potente compañía internacional de ventas. En Hungría, cerca de 25.000 personas fueron a ver la película lo cual no está nada mal ya que la película no es nada comercial.

Viviste y trabajaste en Holanda. ¿Cómo pueden los directores de “pequeños” países como Hungría producir cine que tiene éxito en la escena internacional sin perder su identidad?
No estoy preocupado por perder mi identidad ya que lo que me interesa no está relacionado a mi entorno social, cultural o político. Mi cine trata de ficción y algo en el limite de la realidad y la no realidad. Es como en Black Brush, no quiero mostrar donde se localiza la historia. Sólo quiero recoger de la realidad y su entorno y concentrarme en los personajes y la historia. En el mercado internacional no hay una clave de éxito. Más allá de tu talento, tienes que ser afortunado, ser parte de un buen equipo y también tener un productor detrás de ti que te empuje todo el tiempo al mercado.

¿Cuál es tu próximo proyecto?
Acabaré el primer borrador de mi próxima película en un mes. Como en Chicago o Tesalónica, tendré encuentros con productores en Rótterdam que ya está interesados en coproducir. Me gustaría hacerla con actores ingleses y rodarla en un lugar donde la historia no pueda ser localizada, quizá en Rumania o Bulgaria.