email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

Louis Gardel • Guionista

Los encantos romanescos de Louis Gardel

por 

Premiado con el Oscar por Indochina, Louis Gardel es el autor de grandes guiones clásicos, en el buen sentido de la palabra. Nos describe su manera de trabajar, etapa por etapa.

El guión, un deporte de equipo
Louis Gardel nunca escribe un guión solo, pues piensa que “es mejor entre varios”. Sin lugar a dudas, las raíces de esta convicción reposan en la génesis de su primer guión, una adaptación de "Fort Saganne", su exitosa novela, Gran Premio de la Academia Francesa. Para este guión, trabajó en un principio junto a Robert Enrico (que iba a dirigir la película), y después junto a Alain Corneau, que tomó el relevo. “Escribir con los demás forma parte de mi gusto por escribir guiones. Es una relación humana muy fuerte. Me gusta descubrir la personalidad de aquellos con quienes trabajo. También pruebo las ideas en vivo, así es más eficaz”.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

¿Con quién?
Para embarcarse en la aventura de un guión, el tema, por supuesto, cuenta. Pero la pregunta que sigue es: “¿Qué director?” -“He entendido bien que un guionista no controla nada y que, para que el resultado sea positivo, para que la película esté a la altura de lo que he podido soñar, debe hacerlo alguien «bueno». Presto mucha atención a ello”. Louis Gardel forma parte de esa casta privada de guionistas que no intentan tomar el lugar del director ...

¿Quién viene primero?
Los personajes, pero, ante todo, las escenas. Louis Gardel imagina los decorados, ve a sus personajes en ellos, siente cómo la escena se va a cargar emocionalemnte...Pero todo nace un poco al mismo tiempo. “Trozos de escenas, trozos de prsonajes... es como un puzzle en mi cabeza que se monta con rapidez y desemboco en una estructura narrativa”.

¡El final... al principio!
Louis Gardel, que en el cine es, a menudo, un espectador decepcionado por los finales, mantiene en la escritura un cuidado especial. “Necesito saber desde el principio de la escritura a dónde va la historia, cómo va a acabar, cuál es la resolución dramática o psicológica; en una palabra, cuál es el final. Aunque mientras vaya escribiendo vaya cambiando”. Pero sin principio, no hay final. Elemenal. El trabajo del principio y del final son, pues, concomitantes. Uno se alimenta del otro.

La primera versión
Louis Gardel elabora con su coautor una nueva serie muy completa de las escenas, con múltiples detalles y con trozos de diálogos, pero sin redactar de manera literaria, pues no las dará para que sean leídas. La redacción se hace por “paquetes” de cinco a diez páginas, que presta a sus cómplices. Mientras escribe las siguientes cinco o diez páginas, sus cómplices le envían el paquete anterior. Y el guión va avanzando “por pequeños paquetes”, con todas las idas y venidas que sean necesarias, hasta llegar a una primera versión, siempre demasiado larga. “En este punto, escucho mucho al director. Estoy totalmente a su servicio. No intento imponer mi visión. A menudo, las rupturas que él desea hacer no son las que a mí se me hubiesen ocurrido espontáneamente”. Nueva sesión de trabajo con todo el mundo. A partir de aquí, viene una segunda versión, incluso una tercera, o una cuarta...

Escenas de batallas y escenas de amor
Louis Gardel escribe normalmente escenas de batallas y escenas de amor. A priori, las escenas de batallas son la prerrogativa de la puesta en escena. Sin embargo, en el cine, el Louis Gardel espectador se aburre tanto con estas escenas que el Louis Gardel guionista se esfuerza por encontrar escenas que salgan de lo común, una o dos ideas originales para que las batallas sean bastante distintas a las que estamos acostumbrados a ver. Para las escenas de amor, reconoce ser más “tímido”. “Soy algo puritano y, a veces, leo escenas de amor escritas por otros autores y cuyos detalles me chocan. Me digo que ¡los actores nunca se van a atrever a hacer eso!

El reconocimiento
Lo constatamos diariamente: en el cine, se habla muy poco de los guionistas. A menudo, Louis Gardel se siente molesto. Pero, como acabamos de ver, se ajusta a la situación y se esconde tras el director y los actores. “Vivamos felices, vivamos escondidos”. De eso depende su libertad y su placer por crear. “De vez en cuando, tengo arrebatos de amor propio: -¿Y yo?- Pero la mayoría de las veces me hace reír más que nada verlos a todos alabados y tomar todo el protagonismo. La mezcla de mi timidez y de mi orgullo es un cóctel que hace que me acomode bien a la situación: ¡guionista es lo que soy!

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy