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Charles Gillibert • Productor

"Un gran potencial de crecimiento"

por 

- Uno de los productores de Rumba de la sociedad parisiense MK2 nos cuenta los pormernores del proceso de elaboración de esta coproducción franco-belga

La sociedad francesa MK2, que en 2006 distribuyó en Francia L'iceberg [+lee también:
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, el primer largometraje de Dominique Abel, Fiona Gordon y Bruno Romy, ha decidido implicarse aún más en Rumba [+lee también:
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, la nueva obra del original trío de cineastas. Repasamos el proceso de creación de esta coproducción franco-belga en compañía de Charles Gillibert, uno de los tres productores de la película por parte de MK2, junto con Marin y Nathanaël Karmitz.

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¿Cuáles fueron las razones que empujaron a MK2 a coproducir, distribuir en Francia y vender Rumba en el resto del mundo?
En primer lugar, la impresión de haber encontrado a auténticos autores con un universo muy personal y un enfoque singular, así como con un gran potencial de crecimiento: hicieron L'iceberg con un presupuesto muy reducido y lograron resultados fabulosos. Por iniciativa del proyecto, propusimos pues a su productora – Courage Mon Amour – participar en coproducción e involucrarnos en la distribución en Francia y en las ventas internacionales del filme. Eso nos permitió plantear debates artísticos en la etapa de escritura del guión y estructurar juntos la producción del filme.

¿Cómo se obtuvo la financiación?
Comenzamos a medias y cada uno se ocupó de buscar financiación en Francia y Bélgica. Canal + mostró un gran entusiasmo de inmediato. El Centro Nacional de la Cinematografía (CNC) se sumó al proyecto con comentarios muy favorables y aportó un adelanto sobre ingresos en taquilla; más tarde se unieron a él la región francesa de Alta Normandía y el departamento de Calvados. De Bélgica llegaron el apoyo del Centro de Cine y Medios Audiovisuales de la Comunidad Francesa de Bélgica y una coproducción de RTBF.

¿Cómo fue el rodaje?
Duró seis semanas y tuvo lugar en Normandía. El problema más delicado era que teníamos que quemar una casa. No obstante, a pesar de que éramos un equipo muy reducido, hay que tener en cuenta que son realizadores y actores que se preparan mucho: el margen de improvisación es mínimo, todo está muy bien pensado. Tenían una idea muy precisa de los decorados en los cuales deseaban trabajar y lo que querían hacer con ellos.

¿Qué esperan de la exhibición en Francia?
El objetivo es alcanzar las 100.000 entradas y espero que se rebase esa cifra porque la cinta lo merece. Pero sobre todo, la idea es dar a conocer a los autores en Francia y a escala internacional y darles la posibilidad de realizar filmes más ambiciosos en el futuro si lo desean.

La sociedad MK2 tiene otra coproduccion en curso con Bélgica (Diamant 13) y un proyecto con Italia (Copie conforme). ¿Cuál es su estrategia a escala europea?
Actualmente, es importante tomar conciencia de las afinidades con productores de otros países europeos para poder seguir gozando de cierta libertad en el modo de producir. Del encuentro con productores como Patrick Quinet (Artémis) o Angelo Barbagallo (Bi.Bi Film) surgen las ganas de trabajar con ellos. Los sistemas de financiación de los distintos países permiten hacer películas, pero eso no sirve para nada si no se confía en las personas que van a ocuparse de la película. Cuando hay afinidad, se crean dinámicas muy potentes en producción y muy protectoras para con los directores. Ante la concentración que se observa en Europa en el ámbito de la distribución y en presupuestos cada vez más elevados que llevan los proyectos a los grandes productores, establecer vínculos es el único medio de seguir siendo independiente.

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