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RÓTERDAM 2017

A Brief Excursion: relato de un verano perdido

por 

- El joven director croata Igor Bezinović cuenta la historia de una excursión de seis chicos en una película con una discreta dosis de realismo mágico, presentada en la sección Bright Future

A Brief Excursion: relato de un verano perdido

Lo nuevo del joven cineasta croata Igor Bezinović, A Brief Excursion [+lee también:
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ficha de la película
]
, es una adaptación de la novela homónima de Antun Soljan y acaba de presentarse en la sección Bright Future del festival de cine internacional de Rotterdam. La cinta cuenta la historia de una excursión de seis chicos guiados por el excéntrico Roko en busca de unos misteriosos frescos en un monasterio perdido en los campos de Istria. Hasta aquí, nada extraño; sin embargo, los protagonistas de la campaña, todos ellos reclutados en uno de los muchos festivales estivales que se celebran en las costas del país, empiezan poco a poco a abandonar el grupo por los motivos más variopintos: uno ha de seguir a la familia, otro experimenta un arrebato bucólico y los deja, un tercero se va por motivos profesionales…

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El narrador es Stola y, como los demás, está al borde de la edad adulta. Stola registra cada pérdida con desilusión y apatía a medida que se arrastran sobre la calurosa e inerte Croacia en busca de una meta vagamente deseada como son unos frescos de poco valor artístico.

Una discreta dosis de realismo mágico adereza la película de Bezinović, que se muestra competente a la hora de mantener alto el nivel de verosimilitud de este pequeño fresco (¡este sí lo hemos encontrado!) de una generación yugoslava, quizá también europea, de amarga posguerra, como aparece en el libro que inspira su trama.

La cámara profundiza en cada uno de los protagonistas, a menudo con subjetividad y tratando de familiarizarnos con sus perfiles, de modo que cada vez que se aleja, aumenta el sentido de soledad que inunda la película, hasta el punto de que Stola se ve vagando con una inopinada compañía justamente a causa del abandono de su pareja.

A pesar de todo, no son emociones como el compartir o el resignarse lo que alienan a los personajes. La distancia aparece más como elevación que como pérdida; los amplios paisajes nunca acechan y, aunque se dirijan hacia lo desconocido, no hay atisbo de miedo, sino de alegre camaradería.

La localidad en que se encuentra el monasterio al que se dirigen nuestros chicos se llama Gradina, un nombre muy común en Croacia y un lugar que podría encontrase en cualquier parte pero que no aparece en el mapa. Se trata, pues, de una clara referencia a la Utopía, el ningún lugar, que no por ello ha de dejarse de buscar, pues si no se ha hallado esta vez, se hallará la siguiente.

La cinta es una producción de Igor Bezinović y el Studio Pangolin, que se ocupará asimismo de las ventas internacionales.

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(Traducción del italiano)

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