29/03/2010

Si ningún hombre es una isla, como preconiza la poesía de John Donne, los hombres que viven en una isla se caracterizan bien por un oscuro impulso a la extinción, bien por una soleada tendencia a la soledad. Salvatore (Dario Castiglio) es un joven de 20 años que transporta en barco a los turistas que desean visitar su isla, Ventonene. En invierno, muy a su pesar, debe trabajar sin contrato como albañil en tierra firme, un trabajo ilegal y peligroso. Pero luego comienza la nueva estación y llegan con ella las turistas, hermosas y a menudo disponibles, llega el sol, que alegra su vida. Un día conoce a Martina (Martina Codecasa), una muchacha de Génova que se encuentra en la isla del mar Tirreno para practicar buceo. Es una chica con una vida interior inquieta, un pasado doloroso, emociones y sentimientos no resueltos. «Una que piensa demasiado en cosas que no suceden», dice de sí misma. Salvatore y Martina viven una historia de amor intensa durante esos pocos días de vacaciones; luego ella desaparece. Entonces Salvatore, literalmente, cae enfermo: se le ha olvidado caminar. Consulta a una psicóloga, a la que confía que “quizás es porque tengo ganas de comenzar otra vez de cero, como si fuera un niño”.

Tras el experimento repleto de estrellas que fue Commediasexi [+lee también:
tráiler
ficha de la película] , del 2006, Alessandro D'Alatri firma esta pequeña historia romántica producida por Buddy Gang, fundada recientemente por Alessio Gramazio, Bernardo Barilli y el propio director, y por la Warner Bros Italia, que la estrenará en salas con 250 copias a partir del 2 de abril. El séptimo filme del director romano está basado en la novela «In bilico sul mare», de Anna Pavignano, conocida por haber escrito junto a Massimo Troisi los guiones de todos sus títulos (incluido el de El cartero, candidata al Oscar al mejor guión). Pavignano participó también en la escritura de Sul mare junto a D'Alatri.

«Quise rodar esta película como una especie de ópera prima, para volver a respirar un poco de aire, volver al terreno de juego», declaró D’Alatri durante la rueda de prensa de promoción de la película. Por esa razón los dos actores protagonistas son jóvenes sin apenas experiencia y se ha empleado un equipo de alta tecnología a bajo coste. «Es la película más costosa de mi carrera, no en términos económicos sino de entusiasmo y pasión. Rodamos en 5 soportes digitales diferentes, con un proceso muy experimental de postproducción que duró 4 meses. Esta es una película en 35mm rodada con cámaras de 8.000 euros».

«Salvatore es un pretexto para tratar esa inocencia que los italianos ya perdieron», añade el director, que siempre muestra un cierto compromiso en sus películas. «Unir entretenimiento y contenido social es una parte intrínseca del ADN del cine del cual provengo». Teniendo claro el rechazo a las grandes estrellas del celuloide en su película, D’Alatri habría podido detenerse menos en el sentimentalismo un poco adolescente que lastra la segunda parte de la película y que, aunque no quita el embelesamiento visual y la indudable belleza del paisaje, sí impide adentrarse un poco más en el alma de los dos protagonistas.

De vuelta de una larga gira de la cual se han beneficiado muchas escuelas de cine y universidades, el director de Sul mare confiesa estar muy ocupado discutiendo sobre la película en facebook, «un instrumento fantástico, capaz de brindar al cine la posibilidad de ponerse en contacto con el público. Quizás mi próximo filme tome forma justamente a partir de aquí».

(Traducción del italiano)