20/05/2010

Proyección maratón de 5 horas y 19 minutos con la presentación fuera de competición en Cannes de Carlos [+lee también:
tráiler
ficha de la película], de Olivier Assayas, que dio mucho que hablar, antes incluso de llegar a Cannes, debido a la naturaleza televisiva de su producción. Pero el realizador logró dar un toque cinematográfico a este thriller que se extiende sobre veinte años y que describe el destino incandescente de un revolucionario, terrorista y mercenario, aventurándose en los campos minados de la Historia reciente.

De una calidad formal indiscutible, Carlos lleva al espectador por una ruta muy enérgica hacia un mundo de secretos y violencia tras las huellas de un asesino paradójico. Mezclando buena educación y atracción por el crimen, ideal revolucionario colectivo y oportunismo individualista venal, arrogancia y realismo, fascinación por la celebridad y gusto por las maniobras discretas, la psicología del Carlos (un perfecto Edgar Ramirez) de Olivier Assayas se aclara al compás de los numerosos acontecimientos que jalonan su trayectoria.

“Oirán aún hablar de mí. Ahora me llamo Carlos”. Londres, 1974, un venezolano llamado Ilich Ramírez Sánchez revela sus ambiciones de gloria, a través de la acción directa internacionalista, a una joven sudamericana de extrema izquierda. Ya miembro del FPLP (Frente Popular para la Liberación de Palestina), intentó asesinar al dueño de Mark & Spencer. Escalando la jerarquía de su organización basada en Beirut y Aden, Carlos coordina una toma de rehenes del Ejército Rojo Japonés en La Haya, proporciona armas a las Células revolucionarias alemanas antes de escapar a una detención en París matando a tres policías. Un hecho de armas que permite dirigir el más espectacular secuestro de de los Ministros de la OPEP en Viena a finales de diciembre de 1975.

Bloqueado en Argel en el avión utilizado para huir de Viena, elige entonces el dinero en detrimento de los órdenes y la causa revolucionaria. Es expulsado del FPLP. Su carrera de mercenario mediático va de Berlín Este a Siria, pasando, en particular, por Bagdad, Budapest, Bucarest y Libia para terminarse en Sudán por su detención y su extradición hacia las prisiones francesas.

Esta vida tumultuosa, que le permite conocer a numerosos personajes históricos, es desarrollada por Olivier Assayas que alterna con destreza la acción pura y el rock violento, imágenes de archivos y concentración sobre los personajes secundarios (toda la galaxia de la extrema izquierda de la época), a través de una exploración de los objetivos del terrorismo. Esta vasta empresa, que no siempre tiene el mismo ritmo y renuncia a menudo a detenerse en los detalles, no deja de ser una película espectacular y cautivante , a la altura de la leyenda que Carlos supo crear.

(Traducción del francés)